Cuando lo escuché decir eso me quedé sorprendida, no sabía que decir. Solo pude reír nerviosamente.— Eso no es posible
— Lo es, fuí yo quién te pidió esperarme — sonrió ligeramente, con mucho cariño hacia mí — por eso estoy aquí
— ¿De dónde sacaste eso? A mí me lo pidió Haruchiyo ¿En qué momento te conocí a tí? — fruncí el ceño — nosotros nos conocimos hace poco en esa terraza, tú ni siquiera sabías quién era yo.
Su sonrisa titubeó al escuchar el nombre de Haru, así que suspiró profundamente.
— No logré reconocerte por tu cabello, estaba colorado y no blanco puro como siempre eh recordado — explicó apenado — tus ojos fueron los que me hicieron recordar, por eso fuí a verte nuevamente.
Lo miré con los ojos abiertos de par en par, mi corazón se sentía intranquilo.
—... No es cierto, yo no te conozco — lo miré con desesperación — fué Sanzu quién me pidió esperarlo.
— No es cierto
— ¡Claro que lo es! ¿Cómo te atreves a intentar mentirme con algo tan grave?
— ¡Es la verdad! — me tomó de los hombros y me metió en la ducha, haciendo que lo miré frente a frente — ¿Al menos sabes porque no lo recuerdas? Sanzu te mintió
— No lo hizo, él fué mi amigo de infancia. Nunca podría olvidar su rostro
— Y el mío si lo olvidaste — me vió dolido.
— No entiendo... — me está empezando a doler la cabeza — ¿Desde cuándo se supone que nos conocemos?
— Yo te conocí poco después de Sanzu, no podría olvidarlo — explica sonriendo ligeramente al recordar — fuiste tú quién me encontró y me abrazó... cuando mi madre murió
Sentí cómo su agarre se afianzaba en mis hombros mientras el agua caía.
—No entiendo —mi voz salió apenas en un susurro, como si hablara para mí misma—. ¿Por qué no recuerdo todo eso?
Él deslizó una mano hasta mi rostro, apartando un mechón de cabello mojado que se pegaba a mi piel.
—Porque Sanzu se encargó de hacerte olvidar —su voz se hizo apenas un susurro. Sus ojos descendieron hasta mis labios— Desde ese día, tú y yo… teníamos una promesa. Pero él te hizo pensar que tú le habías hecho esa promesa a él.
Mis manos temblaron ligeramente mientras lo escuchaba. Todo parecía tan confuso… y, al mismo tiempo, la cercanía de su rostro, el modo en que sus dedos acariciaban mi piel era diferente.
Por alguna razón la voz de mi conciencia me gritaba que debía apartarlo, que no podía ser cierto. Pero mi cuerpo… mi cuerpo no respondía a esa voz.
Voy a terminar desmayada si esto no se resuelve rápidamente.
—¿Por qué no puedo recordar, entonces? —intenté sonar firme pero mi voz se quebró—. Si es verdad, si realmente te conocí antes de Sanzu… ¿por qué no hay ni un solo recuerdo tuyo en mi mente?
¿Que es lo que pasó?
Manjiro cerró los ojos por un instante, con una expresión de dolor que me desarmó por completo. Sentí su respiración chocar contra mi piel, tan cerca que mis propias manos se aferraron a su brazos para estabilizarme. La distancia entre ambos era tan mínima que podía sentir el latido de su corazón en mi propio pecho.
—Porque Sanzu me lo arrebató todo — su voz baja estaba cargada de resentimiento— Hizo que te olvidaras de mí, porque sabía que nunca podría reemplazarme si tú recordabas… Sabía que tus sentimientos estaban ligados a esa promesa, y se adueñó de ella, de ti.
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Alba || Manjiro Sano
RomanceUna Oiran y un mafioso, ambos con ambiciones diferentes sumergidos en el mismo mundo. «¿Quieres comprarme?» «Te doy mi alma si me lo pides, solo dime qué vendrás conmigo» «Tu alma es oscura, siniestra... no lo deseo»