ᑲᥱᥣіᥱ᥎ᥱ іᥒ mᥱ, mᥡ ᥣ᥆᥎ᥱ... (ᥴ᥆ᥣᥱ𝗍𝗍ᥱ ᥊ ᥱძgᥲr)

Especial!! 1/2

Amigos, es un especial por las 7k de vistas (les va a gustar)

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Remontamos al ultimo momento donde nuestros dos protagonistas vuelven de su largo viaje. Su misión fue todo un éxito, lograron detener a Lydia y Byron junto a otros más, la paz reina en la ciudad, no hay más peleas, todo está bien y nadie salió herido.

Un día cualquiera en la casa de Edgar y Colette se encuentra Edgar, al teléfono muy nervioso.

— Fang, de verdad no se si hacerlo, ¿Qué tal si dice que no? — Se pudo escuchar de parte de Edgar en una voz muy angustiada y débil. — No quiero perderla.

— Amigo, no te va a decir que no, eres literalmente perfecto, de seguro esté esperando a que se lo pidas. — Escuchó Edgar de parte de su amigo con una voz muy convencida. — Yo te ayudaré con todo, confía en mí.

— No me quedará de otra, pero tal vez tengas razón..

— Por favor, soy Fang. Siempre tengo la razón.

— Se me olvidó tu altisimo ego..

— Jajaja! Ay amigo, tantas cosas que olvidas. Debo colgar, cualquier cosa ya sabes donde encontrarme.

Un "beep..." se escuchó en el teléfono, significado de que el contrario había colgado la llamada.

Así dejando a nuestro protagonista más nervioso aún. Estaba a pocos días de cometer la locura que definiría el resto de su vida...

Supongo que todos nos hacemos una idea de lo que es.

Y así fue el día del azabache, estuvo todo el día ocupado, quería que su plan saliese a la perfección. 

Se aseguró de reservar en el restaurante favorito de su pareja, compró una hermosas rosas blancas, le recordaban al cabello de Colette, y lo más importante, le faltaba el anillo...

Necesitaba de alguien que tuviese gusto en anillos para prometidas.. Piper. El primer nombre que llegó a su cabeza. No tardó en llegar a su pastelería.

*Tin tin*

Sonó la campanita de la puerta de la pastelería, indicando que alguien entró.

— Buenos días! — Saludó dulcemente la de cabellos rubios, levantó la vista y vió a Edgar — Edgar! ¿Que te trae por aquí? Hace mucho no te veo.

— Verás.. Puede, que necesite tu ayuda..

— ¿Edgar pidiendo ayuda? Eso es nuevo. ¿Qué es lo que ocurre?

— Matrimonio.

— ¿Oh? N..No entiendo jaja..

— Este, perdón. Estoy algo nervioso.. — Se quedó en silencio por unos segundos y finalmente habló. — Llevo saliendo con Colette por mucho tiempo, supongo que es hora de pedirle matrimonio.. Es la mujer de mi vida. Tengo casi todo listo, pero necesito el anillo y... ¿Quién conoce mejor los gustos de una chica que tú?

— Aw Edgar! Eso es fabuloso, que lindo de tu parte, claro que te ayudaré, no puedo esperar a verte en tu boda.

— ¿Y quién dijo que vendrás? Solo necesito la ayuda.

— Oh. Yo... Pensé que..

— Jajaja! Es broma, serás la primera en saber la fecha. Si es que no me rechazan.

— Ay Edgar, te volviste muy buen chico desde que conociste a Colette, eres más agradable. Me alegro mucho que te quieras casar con esa chica...

— Yo también me alegro de haberla conocido, es lo mejor que me pasó.

— Bien.. Conozco una joyería estupenda que tendrá justo algo tan hermoso como ella.

— ¿A qué esperas?

— Ajajaj! Calma jovencito, calma..

Ambos tomaron camino rumbo a la joyería, esa joyería era una de las muchas tiendas que Lola montaba, todos estaban encantados con cada tienda que Lola abría, pero claro, nunca copiaba a nadie, si ya había pastelerías ella no le daría competencia a Piper.

Por otra parte, en el camino a la tienda, Edgar vió a más gente con sus hijos, entre esa gente estaba Fang..

— “Wow, este chico no pierde el tiempo..” — Pensó.

— ¿Edgar? — Lo llamó Piper.

— ... — El chico seguía metido en sus pensamientos, ahora no solo observaba a las familias ser felices con sus hijos, también imaginaba una vida feliz con sus hijos junto a Colette. —

— Edgar! — Piper lo sacudió fuertemente al notar que no respondía.

— Oye! ¿Eso a que vino?

— Lo siento, pero parecia que estabas tieso. ¿Qué tanto mirabas?

— Oh, nada especial..

— Si tu lo dices. El caso es que llegamos!

— Wow, si que es una tienda muy linda y grande.. — Dijo el azabache entrando.

— Ya te lo dije, Lola es de las mejores con las tiendas.

Edgar se quedó mirando a una joya hermosa.

Era un conjunto de anillo, pulsera y collar, todos eran de oro, el anillo tenía una pequeña piedra que era negra, como los ojos de Colette, el collar era una simple cadena, pero tenía un detalle de corazón como accesorio, y la pulsera era más o menos igual. Le recordaba a Colette.

Piper quien estaba hablando con Lola, no se dio cuenta de lo embobado que se encontraba su amigo.

— Este. — Dijo Edgar, Piper y Lola le prestaron atención. — Quiero este..

— Oh, que buena elección querido! Es el unico conjunto de ese estilo que tengo, y al parecer el unico en el mundo.. Agarralo y acércate.

— Bien.

Edgar agarró la caja roja y mullida que contenía el conjunto, cuanto más lo miraba más lindo era, estaba seguro que Colette se vería preciosa con aquellas joyas puestas.

Se acercó al mostrador y pagó, sin más, no le importó lo que le pudoese costar.

Saliendo de la tienda Piper observó lo feliz que estaba.

— Wow Edgar, nunca te vi tan contento..

— Jaja.. Me siento raro... Pero bien. Me siento muy bien.

— Me alegro querido. Ve y haz feliz a esa chica!

— Si! Eso haré, lo prometo.

Piper se alejó, devuelta a su tienda, y Edgar corrió a su casa, por fin tenía todo listo. Su ropa, las flores, el restaurante y el anillo... Temía una sola cosa, el rechazo, tenía miedo de que Colette, esa chica que tanto amaba le rechazara, aunque esa probabilidad era baja, muy baja, casi nula, pero el miedo es algo normal y siempre está con nosostros.

Se sentó al sofá, después de guardar todo, claro, y como siempre, esperó a Colette. Aún eran las 19:25 pm, la reserva era a las 12:00 justas, ese era un día especial, se celebraba una fiesta importante, y lanzaban fuegos artificiales, y el azabache sabía lo mucho que le gustaban esas cosas a su amada, entonces por eso escogió aquella fecha y hora. De seguro todo saldría a la perfección.

Como de costumbre, Colette llegó, saludó a su novio y se sentó a su lado.

— Colette...

— ¿Si?

— Tenemos que hablar.