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El gran día había llegado, la boda de Eloise Bridgerton y Madeus Starket. Todo el mundo estaba vuelto loco por la noticia, el tan inalcanzable hombre codiciado por madres que deseaban de los mejores futuros para sus hijas se casaba con una Bridgerton y no cualquiera, la misma que muchos creyeron que sería una solterona pues en los bailes no se le veía muy feliz que digamos sin mencionar que siempre que podía escapaba de los varones quienes se acercaban a invitarla a bailar o hablar con ella, ahora ella se casaría con Madeus Starket.
Los Starket debido a años de historia y siempre haber sido de la nobleza eran cercanos a la corona, por ello la misma reina se ofreció a que la boda se celebrará en el palacio, sin embargo su propuesta fue rechazada de manera amable prometiendo que cuando Wayne o Judith se casen podría ser en el palacio, pero que la boda de Madeus seria celebrada en una de sus propiedades, Golden Flower, una propiedad que estaba ubicada en el campo con hermosas vistas, un terreno precioso y la casa era más que enorme, esta propiedad se llamaba así por que casa veinte años florecían unas hermosas rosas doradas que parecían hechas de oro puro, eran simplemente hermosas y únicas, la misma reina incluso había recibido una rosa de su jardín y esperaba ansiosa poder recibir otra vez una rosa.
— Eloise llegaste! - Madeus sonrío extendiendo su mano para ayudar a las damas a bajar del carruaje - que tal el viaje? - les pregunto amablemente sin soltar la mano de Eloise -— Agotador, no pude ni dormir de lo mucho que se movía - expresó molesta la menor de las Bridgerton frunciendo el ceño -.
— Mis disculpas, creí haberle dicho claramente que tomara la ruta por entre los prados - dijo lo último mirando al conductor - no importa, por favor pasen y pónganse cómodas, las visitas no llegan hasta dentro de seis días así que solo somos la familia.
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𝐌𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐃 | Eloise Bridgerton |
RomanceMadeus Starket, un joven y apuesto joven heredero y futuro duque de Starket y heredero de una gran fortuna, todo un partido deseable para cualquier madre que desee un gran futuro para su hija. Sin embargo, el corazón del apuesto joven ya tenía dueña...