🌕.23.🌕

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Comencé a sentir envidia de Taehyung y Namjoon, hacía años que ni albergaba ese sentimiento, desde que casi todos mis amigos se presentaron como alfas y yo me quedé sin un gran cambio, sin más, evidenciando que era un beta.

Los guardaespaldas no tenían relaciones de pareja sencillas, pero al menos, existían. Pero yo, ¿qué tenía? No se trataba solo de una relación que hubiese que esconder, como la de Yoongi y Taehyung, o un tira y afloja entre dos personas que se aman pero que no tienen el tiempo suficiente como para decírselo de forma abierta, sin que ello perjudicase sus empleos, como les pasaba a Soyeon y Namjoon.

Yo era un beta, Jimin un omega casado, marcado y famoso. Ni si quiera podía decir que hubiese "algo" entre nosotros.

A medida que el tiempo pasaba, conocíamos más uno del otro cuando se daba la oportunidad y compartíamos besos a escondidas, más difícil se me hacía.

A veces me decía a mi mismo que no debía continuar, que no podía dejar que surgieran sentimientos por el rubio. Pensaba que yo solo era un escape para él, una nueva ilusión en su matrimonio roto, el contacto físico, la atención y el afecto que a un omega le faltaba de su alfa.

Ni si quiera era su amante. Y aunque odiaba el calificativo y jamás pensé que yo llegaría a ser algo así, ahora me encontraba anhelándolo.

Park Jimin volvió a ser noticia, a salir en portadas de revista, artículos de Internet y en algún programa televisivo sobre actualidad. Yo me empapaba de todas las cosas que salían sobre él cada noche, los halagos hacia su vestuario el día de la alfombra roja, las suposiciones sobre porqué su alfa no lo había acompañado, la amistad por años con Lee Taemin, sus letras, su envidiable figura; y también todas las críticas.

Lee Dongwook no estaba grabando actualmente, pero sí pasaba tiempo fuera de la casa, supuse que en su otra propiedad dentro del residencial, seguramente cuidando de la omega que había dejado encinta.

No sabía si volvía a la casa por la noche o no, salvo si los guardaespaldas o los demás empleados comentaban algo al respecto. Ada mañana cuando iba a trabajar y nos encontrábamos cerca, aunque solo fuesen unos segundos, trataba de aspirar su aroma, para comprobar que los lirios blancos no tenían ningún otro olor más, salvo el de su cachorra. Y ahí yo podía respirar en paz, junto con el hecho de, al menos, compartir una mirada diaria y notar que su cuello se mantenía con solo aquella marca antigua y decolorada.

Me estaba volviendo loco, Jess lo notó por videollamada, mis compañeros me sentían raro y una tarde calurosa alguien más vio que mi actitud no era normal.

Lee Dongwook estaba en la casa, Jimin y Nari jugaban con la manguera en el jardín trasero porque ya hacía un calor pegajoso de verano. Yo hice una jornada laboral más larga de lo habitual porque hacia dos días con una tormenta impetuosa de verano el techo del cobertizo se hundió y debía repararlo, además de hacer mis demás labores.

Subido en el techo me encontraba cuando dejé unos minutos de martillar para poder oír mejor la risa del omega jugando con la niña y mirarlos. Nari llevaba un bañador de rayas y el cabello recogido en trenzas, Jimin usaba bañador y una camiseta blanca de tirantes, el agua de la manguera conseguía que la camiseta transparentara, dejando ver casi a la perfección el torso del omega, sus piernas eran torneadas, y con el cabello mojado se veía absolutamente hermoso.

Padre e hija jugaban sin prestarme atención, pero en medio de mi aletargamiento un escalofrío poco propio del tiempo me indicó que estaba siendo observado. Mi lobo se colocó en alerta, yo fingí que solo descansaba, limpiándome el sudor de la frente con el bajo de la camiseta gris, mirando a mi alrededor con tranquilidad hasta que di con unos ojos entre cerrados que me observaban desde una ventana de la planta superior de la casa.

Incliné la cabeza a modo de saludo y seguí trabajando tratando de calmarme, notaba la mirada de mi jefe clavada en mi durante un tiempo más.

Minutos después salió al jardín trasero, fue directo a la llave del agua y la cerró, el omega y la cachorra se quejaron y miraron en su dirección. Lee llevaba dos toallas al hombro, se acercó a su esposo y su hija y cubrió a los dos con cada una. Dijo algo que yo no alcancé a oír, Nari fue protestando, pero los tres caminaron de vuelta al interior de la casa.

Antes de cerrar la cristalera tras ellos, el alfa volvió a mirarme con recelo.

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— Me siento preocupado, quizá mañana debería ir a visitarlo.

— No es nada importante, Jimin, es su trabajo.

— Pero está herido, tiene una contusión en la cabeza, además de una brecha grande.

El alfa gruñe por lo bajo, deja de mala gana el bol de cereales, fruta y yogur sobre la isleta de la cocina. Probablemente el ambiente se torna pesado, porque el omega se mantiene en silencio y Seokjin decide salir de la cocina, no sin antes lanzarme una mirada significativa que yo ignoro.

Namjoon sufrió un ataque de un fan trastornado la noche pasada, cuando acompañó a Lee a una gala benéfica.

Me niego a salir de la alacena donde se guardan cosas de limpieza, aseo y alimentos no perecederos. Continúo poniendo las baldas nuevas y recolocando todo en su lugar aunque Dani me dijo que ese era su trabajo.

— Deberías dejar de involucrarte tanto con los empleados.

— ¿Qué?

— Lo que oyes, simplemente son empleados, si les muestras tanta amabilidad pueden confundir su lugar.

Veo por el rabillo del ojo cómo me mira, el omega está de espaldas a mi, escucho que también deja su bol sobre la encimera de un golpe seco.

— Es Nam, Dongwook, sabes que es como un hermano para mi.

— Pues no lo es. Tu familia son tus padres, Nari y yo.

El alfa es tajante, pero no usa voz de mano, así que el omega no se amilana y posando ambas manos en la encimera responde muy enojado:

— También tengo amigos y son importantes.

— ¡Los empleados no pueden ser tus amigos, Jimin!

— Tú no puedes decidir quiénes son mis amigos, Dongwook. — Su tono de voz es bajo, contundente.

Me bajó de la escalera y me agacho para recoger la última balda que debo colocar, ya no me hace falta subirme, así que la pliego y la dejo al fondo. Ninguno me mira aunque he hecho ruido, parecen demasiado enfrascados en su discusión.

— Si sigues tratando a los empleados como amigos terminan confundiendo su lugar.

— Hasta donde yo sé todos siguen desempeñando su trabajo a la perfección.

Termino mi trabajo, los víveres de las baldas más bajas los dejo donde los colocó Dani para que yo pudiera trabajar, no quiero estar más tiempo oyendo una discusión matrimonial. Recojo las herramientas y salgo de la alacena, apagando la luz tras de mi. Alfa y omega mantenían una lucha de miradas, y ya en la cocina noto el amargor de sus aromas por el enojo. Me encamino a la salida.

— Jeon.

Paro en seco, tomo aire y me giro lentamente, no miro a Jimin, me obligo a no hacerlo, el rostro de Lee es severo, sus manos grandes y delgadas se mantienen sujetas a los bordes de la isleta con fuerza.

— Ésta noche reemplazas a uno de tus compañeros aquí, Namjoon debe descansar al menos un día más.

Asiento con la cabeza, me inclino brevemente y me marcho. Antes de que salga finalmente de la casa atravesando en gran salón oigo una última frase de Lee dirigida a su marido, que me congela la sangre sin saber porqué.

— Los empleados deben saber cuál es su lugar, y si tú no eres capaz de dejárselo claro lo haré yo.

🌕HOWLING🌕-omegaverse-(kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora