🌕.25.🌕

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Me estaba evitando, no había duda, pero, ¿acaso yo tenía el derecho de buscarlo? Ni si quiera podía reclamarle que me ignorase de forma deliberada.

Joder. Era mi jefe. Y estaba casado.

Tuve que soportar cómo Lee lo llamaba para que saliese al jardín delantero a despedirlo mientras yo frotaba las paredes interiores de la fuente, lo besaba posesivamente y luego se marchaba ordenándole que volviese dentro.

Seguí frotando con fuerza con el cepillo, los guantes de goma estaban muy estropeados y mis manos sudaban por el sofocante calor, mi frente chorreaba de sudor, maldije entre dientes y por fin la puerta principal se cerró tras el coche del alfa. Ni si quiera me fijé en quién lo acompañaba.

Uno de los dedos del guante de la mano derecha se rompió, dejé caer con fastidio el cepillo y me los saqué con dificultad. Salí de la fuente vacía y fui a buscar otros.

Cuando volvía notaba la cabeza y la espalda ardiendo por el sol de verano. Me estaba ahogando. Así que aprovechando que Lee no estaba me quité la camiseta, me eché agua fría de la manguera y volví de nuevo a mi trabajo.

Lo noté. O quizá fue mi lobo y me avisó. Una mirada clavada en mi.

Me erguí, con el antebrazo me sequé la frente y me aparte mechones de cabello húmedos, miré hacia atrás, al piso superior de la casa, donde tantas otras veces había visto al omega observarme.

Pero ésta vez allí no había nadie.

Al bajar la vista lo vi a un costado de la casa, a la sombra, me observaba con una postura y rostro que denotaban inquietud y duda. Yo me quedé un rato quieto, mirándolo, solamente respirando bajo el sol abrasador. Sus ojos bajaron de mi cara a mi torso desnudo y aunque volvió a mirarme a los ojos de inmediato no pude evitar sentir regocijo al ver que sus mejillas se habían coloreado.

Volví a mi trabajo, terminé de frotar, dejé el cepillo en el cubo roñoso y retiré la espuma y la suciedad que quedaron en el suelo de la fuente con un trapo grande y viejo. Cuando salí de la fuente y activé de nuevo el mecanismo para que se llenase de agua limpia y así poder volver a trasladar a los peces, Park Jimin ya estaba bajo el sol, cerca de mi.

— Jungkook...

Lo miré sin dejar de hacer lo que debía, se retorcía la piel de uno de sus brazos de forma nerviosa, negué con la cabeza y dejé de mirarlo.

— No tienes que decirme nada.

— Yo... No quería, pero no podía...— Le costaba hablar y a mi mirarlo, porque no quería ver vergüenza en sus ojos, no quería ver que necesitaba disculparse conmigo cuando no debía. — No quería.

Suspiré, me quité los guantes y fui a buscar a los peces. Los fui trasladando con cuidado desde sus barreños temporales hasta su habitual fuente. El omega comenzó a ayudarme.

— Es mi trabajo.

— Pero puedo ayudarte.

Noté en su voz que temía que yo estuviera enfadado, así que decidí mirarlo de nuevo. Park Jimin, tan triste y bello. Su cabello rubio se veía hermoso bajo el sol, la camiseta negra básica de manga corta dejaba al descubierto algunas marcas de sus brazos, sobretodo en las muñecas, y en su cuello pude ver una herida, cerca de la marca antigua.

— No dejé que me mordiera.— Dijo al notar donde yo miraba, llevó sus dedos hasta el lugar.— Quiso hacerlo, pero yo me cubrí, no lo dejé.

Sentí verdadero temor en cuanto oí sus palabras, había estado allí esa noche y no oí que el alfa se pusiera violento, cosa que podría esperarse si su omega se negaba a que lo marcase, pero no trabajé al día siguiente, así que ahora no podía estar seguro de que las marcas en sus brazos no fuesen de un altercado posterior por ello o simplemente por sexo rudo.

🌕HOWLING🌕-omegaverse-(kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora