Aquella noche supuso un antes y un después. Yo no podía exculparme y decir que no vi venir nada de lo que ocurrió después, porque si bien no fue algo que buscaba, mis acciones abrieron el paso a ello.
Un silencio tenso se instaló entre los dos, su mano se quedó en alto, a medio camino después de haberme limpiado la boca, yo contenía la respiración, pero eso sumado a que el corazón me iba a una velocidad anormal hizo que notase mareo. Me eché un poco a hacia atrás en la banqueta y mi espalda quedó contra la pared, desvié la vista y él se echó hacia atrás volviendo al lugar inicial.
En aquella habitación pequeña podía notar perfectamente su aroma, lirios blancos y suavizante para la ropa que provenía de su pijama. No quería pensar que su olor era más fuerte por lo que acababa de suceder, tampoco quería olfatear para buscar un mínimo rastro de su alfa en él, porque de primeras no había nada más, salvo un leve olor a manzanilla, perteneciente a la cachorra.
Traté de regular mis emociones y volví a mirarlo, tenía la mirada fija en las pantallas y a pesar de la oscuridad creí ver cierto sonrojo en sus mejillas. Tampoco quería notar eso, pues mi corazón volvió a saltar como loco sin que yo pudiera hacer nada.
No había terminado su leche con galletas y quise decir algo al respecto, simplemente para romper el silencio, pero no hizo falta, pues unos pasos pesados resonaron en la planta donde nos encontrábamos.
— Jeon... Oh, buenas noches, señor Jimin.— Jackson miró sorprendido al omega.
— Buenas noches, Jackson.— Sonríe y se pone en pie, colocando todo de nuevo en la bandeja que había traído.— Oí que no te sentías muy bien.
— Ya, no se preocupe, ha sido solo una indigestión.— Ríe un poco tímido el alfa y se hace a un lado para que el omega salga por al puerta con la bandeja en las manos.— Estoy bien.
— Me alegro.
Park Jimin desaparece y el guardaespaldas y yo nos miramos, me siento acorralado, como si hubiese hecho algo muy malo y abro la boca para decir algo, cualquier cosa. Pero Jackson entra, se sienta en la silla y apoya la cabeza entre las manos.
— Ya no me duele la barriga, pero me siento las piernas débiles. ¿Te importa hacer la guardia exterior de nuevo?
— No, claro. Ahora mismo salgo.
Me pongo de pie de inmediato, pliego la banqueta y la dejo donde estaba, me apresuro para salir de la sala y no mirar más atrás, pero el alfa me llama de nuevo y me quedo tieso.
— Jeon.
— Dime.
— No me voy a dormir, solo es cansancio de cuerpo, ¿vale? Así que haz la ronda relajado, descansa si quieres también.
Asiento con la cabeza y me marcho por fin, cuando ya he cerrado la puerta corrediza tras de mi suelto el aire que había estado conteniendo de nuevo.
Pasa una hora, media hora más, casi dos. He comprobado que Jackson sigue bien y está despierto, lo veo comiendo una manzana mientras alterna la mirada entre las pantallas y su teléfono móvil. Así que me relajo.
Mis pasos se van ralentizando y me subo la cremallera de la chaqueta hasta la barbilla, son las cuatro de la mañana y hace frío fuera. Me adentro entre los árboles y trato de no pensar más que en la hojarasca crujiendo bajo mis pies y el ulular de un búho. Si cierro los ojos, casi puedo imaginar que estoy en casa.
Me imagino corriendo por el bosque con las gemelas en forma lobuna, cocinando tarta de frambuesas con mamá, yendo a pescar con papá, molestando a Jessie y acunando a mi sobrino.
Una sonrisa se instala en mi cara, también pienso en algunos de los amigos y vecinos que se quedaron allí, los baños en el río, los partidos de fútbol improvisados, la celebración del otoño y la primavera...
Me he quedado quieto sin darme cuenta, y abro los ojos en cuanto lo noto, vuelvo a dar unos pasos más rápidos y lo veo. A través de un claro entre los árboles, al otro lado del lago pequeño. Un lobo de color blanco y arena, mueve su cola de forma lenta mientras me mira y sé perfectamente que es él.
Park Jimin puede transformarse a su antojo, aún cuando carece de celo por su infertilidad, a pesar de vivir en ciudad. Su lobo y él siguen profundamente conectados y el mío está deseando salir con él.
Sé que no me va a atacar, así que vuelvo a reanudar la marcha para continuar con mi trabajo. Me sigue a cierta distancia, hasta que me salgo de la espesura, miro hacia atrás y veo que se queda entre los árboles, yo sigo caminando en la ronda nocturna alrededor de toda la casa, cerca de los muros que rodean todo.
Cuando vuelvo a ingresar en el jardín trasero el lobo me está esperando, sigo mi dirección y ésta vez él se coloca a mi altura, roza contra mis piernas ligeramente y yo me aventuro a acariciarle entre las orejas con una mano temblorosa. El animal cierra los ojos y deja de caminar ante el contacto, rasco suavemente a la vez que me detengo.
Me olfatea, su trufa húmeda me da en las manos, parece que busca más caricias y yo lo hago, entierro mis dedos en el pelaje espeso de su cuello y mi corazón comienza a bombear con fuerza otra vez. Ahora sé que él es completamente capaz de escucharlo, me mira. A pesar de la oscuridad de la noche puedo ver que sus ojos en forma lobuna son de color verde.
Es precioso, verdaderamente hermoso. En sus dos formas.
Me agacho a su altura, el lobo se restriega contra mi mientras cierra sus ojos, mueve su rabo y lame un poco mi mejilla. Una emoción desconocida hasta ahora comienza a invadirme por dentro. Es un lobo, pero es Park Jimin, y ese contacto con alguien que no es de tu familia tiene un significado importante.
Tanto en lobos comunes como en nosotros significa lo mismo. Es confianza, es cercanía y en su caso parece... una invitación al apareamiento.
Se que no es fecha de apareamiento en lobos comunes, y sé que Park Jimin no tiene celo, pero todo lo que sé y lo que estoy viendo me indica que no estoy equivocado.
— Esto no está bien, lobito... No puede ser.— Digo en un susurro mientras palmeo su cabeza y me pongo de pie otra vez.
No quiero mirarlo a los ojos cuando vuelvo a caminar para seguir con lo que debo hacer, aunque mi lobo me arañe por dentro, aunque las emociones me hagan temblar por fuera.
Un grito se escucha desde la casa y el lobo sale corriendo de inmediato hacia ella. Es Nari, el omega acude inmediatamente a la llamada de su cachorra. Yo suspiro y me tomo el pulso como si no fuese capaz de sentir los latidos igualmente sin hacerlo.
No quiero pensar, no quiero darle vueltas, no quiero imaginarme cosas, no quiero suponer, no quiero...
Pero salgo de entre los árboles de nuevo, la luz de colores de la habitación de la niña está encendida de nuevo y veo a Park Jimin sosteniendo a su hija en brazos mientras me mira desde la ventana.
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🌕HOWLING🌕-omegaverse-(kookmin)
FanfictionSus palabras estaban grabadas en mi mente a fuego, como si fueran mis mandamientos resonaban en mi... "No pondrás tus ojos en alguien con pareja. Jamás codiciarás a un omega marcado." ...Nunca fue mi intención desobedecer aquello que me habían enseñ...