Capitulo 5.

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Después de la masacre, Tn comenzó a caminar de regreso a donde se encontraba Zero Two. Ella seguía arrodillada en el suelo, aferrándose al cuerpo inerte de su madre, el llanto desgarrador aún resonando en el aire. La escena era cruda y desoladora, un recordatorio del costo de la guerra y la pérdida.

Al llegar frente a ella, Tn se detuvo un momento, observando la tristeza profunda que emanaba de la niña. Sin decir una palabra, se inclinó y la abrazó por detrás, buscando ofrecerle un poco de consuelo en medio de su dolor. Zero Two, al sentir su presencia, se dio la vuelta y lo abrazó con fuerza, como si tratara de aferrarse a la única fuente de apoyo que le quedaba.

El abrazo fue un momento de conexión silenciosa, un intercambio de fuerza en medio de la devastación. Tn sintió cómo la tensión en su cuerpo se aliviaba un poco, comprendiendo que, a pesar de la brutalidad que había tenido que enfrentar, su papel ahora era ser un refugio para Zero Two. Tn se separó de Zero Two, mirándola con una expresión suave y tranquila.

Tn: Zero Two... ¿quieres unirte a mí?.

Preguntó con voz calmada. La niña, aún con lágrimas en los ojos, se secó la cara y lo miró, procesando la oferta. Él continuó, explicando que este territorio ahora le pertenecía.

Tn: Voy a ser un overlord. Y necesitaré gente que me ayude. Protegeré a los que me importan, sin importar lo que cueste.

En ese momento, Zero Two, comprendiendo la magnitud de sus palabras, lo abrazó con fuerza de nuevo, esta vez llorando de alegría. Había encontrado un rayo de esperanza en medio de la oscuridad que la rodeaba.

Mientras la abrazaba, Tn no pudo evitar sus propios pensamientos. Se prometió a sí mismo que protegería a Zero Two de cualquier amenaza en este maldito infierno. No importaba si eso significaba enfrentarse a los pecados capitales o al mismo Lucifer; estaba dispuesto a luchar.

La determinación ardía dentro de él. Sabía que el camino sería difícil y que habría desafíos en el horizonte, pero estaba preparado. La vida de Zero Two dependía de ello, y no habría lugar para la duda. Se sintió aliviado al saber que ahora no estarían solos en esta lucha, y eso le otorgó una nueva razón para seguir adelante.

Tn tomó a Zero Two entre sus brazos, sintiendo su pequeño cuerpo contra el suyo, y comenzó a caminar hacia el centro del territorio. Su mirada estaba fija en un futuro nuevo en medio de la desolación del infierno.

Tenía la firme convicción de que se convertiría en el más grande overlord de todo aquel lugar, y estaba decidido a demostrar a todos que no deberían meterse ni con él ni con Zero Two. Mientras avanzaba, pensó para sí mismo.

Tn: Nada te va a pasar.

Con cada paso, se sentía más seguro de su propósito, y Zero Two, al aferrarse más a él, parecía compartir su determinación. Juntos, enfrentarían lo que viniera, y el eco de su promesa resonaba en el aire: no estaban solos en esta lucha.

...

..

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Dieciséis años después, Tn se encontraba durmiendo plácidamente en su habitación, disfrutando de un merecido descanso en su territorio. El ambiente era tranquilo, hasta que de repente, la puerta se abrió de golpe.

Zero Two: ¡Tn, ya es hora de que te levantes!.

Exclamó Zero Two, ahora mucho más adulta, con 24 años. Su apariencia había cambiado notablemente; era más alta, su piel rojiza había dado paso a una tonalidad más humana y clara, y sus cuernos, que una vez fueron enormes, se habían reducido a un par de protuberancias más sutiles.

Su cabello caía por su espalda, alcanzando casi su cintura, y una sonrisa radiante iluminaba su rostro. Tn despertó de golpe, confundido y desorientado.

Tn: ¿Quién, qué, cómo, cuándo, por qué?... Ah, solo eres tú, Zero Two.

Dijo, frotándose los ojos mientras trataba de despejarse. Se estiró con un gran bostezo y se incorporó en la cama, sintiendo cómo la calma de la mañana comenzaba a invadirlo. Zero Two se acercó a él, su energía juvenil contrastando con su aparente tranquilidad. Era un nuevo día, y con ello, nuevas aventuras los esperaban. Tn, aún con la mente nublada por el sueño, miró a Zero Two y le preguntó.

Tn: ... Oye... ¿y por qué el traje de sirvienta?.

Señalando el atuendo que llevaba puesto. Ella sonrió mientras ajustaba un poco la parte de su pecho, que rebotó ligeramente, añadiendo un toque juguetón a la situación.

 Ella sonrió mientras ajustaba un poco la parte de su pecho, que rebotó ligeramente, añadiendo un toque juguetón a la situación

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Zero Two: ¿Te gusta?.

Preguntó, acercándose a él con una sonrisa gentil que iluminaba su rostro. Tn, sin perder su seriedad, adoptó una expresión más seria y suspiró antes de responder.

Tn: No es que no me guste, pero no estoy acostumbrado a este tipo de cosas.

Su respuesta provocó que Zero Two fingiera tristeza, colocando una mano en su mejilla con un gesto exagerado. Era un juego entre ellos, uno que reflejaba la comodidad y el entendimiento que habían cultivado a lo largo de los años.

Zero Two, con una sonrisa en el rostro, caminó tranquilamente hacia el armario de Tn. Abrió las puertas y comenzó a sacar algunos de sus ropajes, eligiendo con cuidado lo que consideraba que le quedaría bien.

La manera en que examinaba cada prenda mostraba su atención al detalle y su deseo de que Tn luciera presentable para la ocasión. Tn, sin mostrar un atisbo de nerviosismo, se desvistió con tranquilidad, confiando en que su compañera tenía buen gusto y sabía lo que hacía.

Ella le pasó la ropa que había seleccionado, y él se la puso sin dudarlo, sintiendo cómo la tela se ajustaba a su cuerpo. Una vez vestido, se estiró, disfrutando de la comodidad de la nueva ropa. Mirando a Zero Two, le preguntó con una sonrisa.

Tn: ¿Crees que los demás overlords se sorprenderán al verme así?.

La expresión en su rostro revelaba una mezcla de curiosidad y humor. Con su característica alegría, Zero Two respondió.

Zero Two: Seguramente, pero tú siempre tienes una forma de impresionarlos, incluso con lo más simple.

Su confianza en él era evidente, y eso le daba a Tn un impulso extra de motivación. Sin embargo, a medida que la realidad de la reunión se acercaba, Tn soltó un suspiro, reconociendo que la jornada sería intensa. Una vez listos, Tn se dirigió hacia la puerta, con Zero Two pisándole los talones. Mientras caminaban, ella le lanzó una mirada juguetona y comentó.

Zero Two: Solo asegúrate de no asustarlos con tu mirada seria.

Juntos, se dirigieron al comedor, donde podían comer algo antes de la reunión. Era un momento cotidiano, pero en su simplicidad, reflejaba la profunda relación que habían cultivado a lo largo de los años. Habían enfrentado desafíos y adversidades, y aún así, siempre encontraban consuelo en la compañía del otro, preparándose para lo que el día les deparara.

Continuara....

𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐋𝐎𝐂𝐈𝐃𝐀𝐃/// Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora