Ban al no haber descubierto muy bien sus emociones y sentimientos hacia aquella peli lila lo condenará su pasado haciéndo que cometa muchos "errores" en su presente. Sin embargo Arthur, el nuevo romance de Jericho ¿Le dejaría el camino libre?
Habían pasado ya unos días, Jericho había estado ignorando a Ban y este no era tonto, se dio cuenta desde el primer momento. Durante las sesiones del trabajo se iba rápido y lo evitaba a toda costa.
Se estaba atormentado, sin embargo; salió de sus pensamientos cuando escuchó la voz de Elaine.
—¿Todo bien..? Pregunto en un susurro la rubia mientras se sentaba al lado de su pareja.
—Creí que te quedarías con tu hermano está semana, si, todo bien. Responde serenamente, acario suavemente el cabello de la chica y pronto se tiro sobre la cama con los brazos cruzados detras de su cabeza.
La chica se acostó a su alrededor y se abrazó a él.
—Ban..
Él conocía este tono, durante mucho tiempo de su relación. Él la conocía perfectamente.
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06 de setiembre 1988
—¿Asistira? Habrá una fiesta esta noche en mi departamentos, están invitados..
—Claro que si, Herin.
Habia estado decidiendo si celebrar su cumpleaños, pues casi siempre lo hacían ella, y su hermano. Aunque esta vez Arturo la convencio de hacerlo con amigos.
. . .
—Bueno, ¿Como me veo? Pregunto Jericho a su chico, este solo se le quedó mirando con una sonrisa.
Un vestido largo, color rojo con corte v en las piernas, su cabello largo hasta el abdomen, aunque él solo se fijó en ella, en su timidez escondido tras ese montón de ropa e accesorios.
Se puso de pie e se acercó a ella, tomando su mano para luego besarla. —Hermosa, demasiado.
Se quedó sin palabras, sus mejillas ligeramente sonrojadas, solo lo abrazo. Todos estos días había sentido una culpa enorme, quería remediarlo como sea.
—Gracias..
. . .
El timbre sonó, Arthur fue a abrir la puerta y los primeros en ver fue al señor Smith junto a su pareja, Dylan.
—Pasen, pasen. —Claroo, a eso venimos!.
E pronto el departamento siguió llenandose de gente, amistades de Jericho y algunos que otros invitados de Arthur. No era de dudar que la noche se volvería un caos en su departamento y ellos tendrían que limpiarlo.
Mientras todos se divertían, tomando algunos que otros cócteles e con la música a todo volumen, no había sido sorpresa para Jerícho ver a Ban cerca a un muro, asechandola como un animal.
Después de todo, aunque no lo había invitado, él era primo del señor Smith, era común verlo, a él y a todo su grupito.
Arthur se encontró nuevamente con Merlín e Escanor, quienes fueron sus amigos durante su adolescencia. Se la paso con ellos hablando, en esos instantes Jericho preferio irse a su habitación que se encontraba cerca, abrió la puerta e cuando estaba por cerrarla sintió una fuerza abrirla para entrar luego con ella, Ban había entrado a la habitación también. Cerrando la puerta al instante con seguro. Por instinto Jericho retrocedió algunos pasos.
—¿Que quieres..? —¿Por que me evitas?
Ambos dijieron al mismo tiempo, el mayor se fue acercando a ella, Jericho retrocedió pero choco contra la pared y ahora él estaba enfrente a ella, la tomo de ambos brazos para sostenerla contra la pared.
—Jericho, responde a mi pregunta.
Esta se quedó callada, quería huir lo más pronto de allí, salir de la habitación, de la fiesta y irse a otro lugar.
—No lo hago, estás equivocado.
—Si lo haces, no contestas a ningún mensaje, evitas hablar durante las prácticas e cuando te hablo eres cortante y simplemente luego te vas. -Este la dio vuelta, sosteniendo sus manos sobre encima de su cabeza y con la otra tomándola de la cintura.- —¿Crees que simplemente puedes hacer lo que quieras, Jericho?
—Porfavor, ya sueltame.. Casi rogó, mientras forcejeaba con el ojo rubí, aunque la diferencia de fuerza aquí era evidente.
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—Jerico..-Menciono con la voz ronca, cerca de su oído, está misma escucho como el mayor se sacaba la correa, pronto amarró sus brazos con la correa hacía atrás.
—No sigas, gritaré y alguien vendrá. Detente ahora mismo.
—Jeri, ¿Te das cuenta que la música en la sala principal es tan fuerte que nadie se dio cuenta del golpe en la puerta? Y que deben estar tan ebrios que ni se acuerden de ti.
Podía haberlo, podía intentarlo, pero una parte de ella estaba anhelando esto, a él; sin embargo otra gran parte solo sentía culpa.
—Bien, tal parece que tendré que educarte, deberías saber que ignorar a otros es malo.
Sintió su gran mano recorrer su pierna desnuda, con un leve empujón la tiró sobre la cama boca abajo.
