Moonlight

Capítulo 6: parte 2

Salina sonrió frente a la oferta de Ail y respondió tranquilamente.

—¿Qué desea?

Ail dejó su copa ante su rápida y segura respuesta, y sonrió. Era una sonrisa pícara. Parecía que, si la utilizaba, probablemente podría conseguir lo que quería fácilmente.

—Ya lo sabes, ¿no?

—... ¿Qué?

—Todo lo que ocurre durante el festival no tiene relevancia. Nadie asume la responsabilidad. ¿Te gustaría ser mi amante durante ese tiempo?

Aunque sus palabras no tenían ninguna emoción, Salina sonrió alegremente como si entendiera sus intenciones.

—Es un gran honor.

—¿Incluso si pretendo no verte después de que haya pasado este período de tiempo?

—¿Tienes miedo de los ojos del comandante?

—De ninguna manera... Después de todo, ese hombre ya es mío.

Estaba claro que Ruth era suyo. Ya fuera por un contrato o por cualquier otra cosa, él estaba en sus manos. Por mucho que se esforzara para escapar, al final seguiría en sus manos. Él se encargaría de hacerlo realidad, por cualquier medio necesario.

—¿Está seguro?

—Temo más por los ojos de mi prometida. ¿No es un poco molesto?

—Debe ser leal a su familia materna.

Salina repitió exactamente lo que Ail había dicho ayer y Ail sonrió por su astucia.

—Por supuesto, tengo que ser leal a mi familia materna, pero es molesto. Si esas cosas molestas desaparecieran, ¿no sería más fácil?

—¿Está intentando atrapar un oso y un conejo con una sola flecha? Eso sería bastante difícil, ¿no?

—¿No es mejor primero atrapar al conejo y luego atrapar al oso?

Salina entendió exactamente la parábola de Ail.

—Su Majestad es muy codicioso.

—¿No es eso algo que querías escuchar?

Salina entrecerró los ojos y levantó las comisuras de su boca para formar una extraña sonrisa ante la rápida réplica de Ail. Salina se quedó mirando a Ail por un momento como si intentara leer sus pensamientos, y luego cambió de tema mientras vertía alcohol en su vaso vacío.

—Erita también asistirá a la Ceremonia de mayoría de edad de Su Alteza, ¿verdad?

—Supongo que sí.

—Por fin podré verla. Si llega sana y salva al palacio, claro está.

Ail, convencido de que Salina había leído con precisión sus intenciones, levantó su vaso lleno de alcohol y sonrió lánguidamente.

—El camino desde el territorio de la familia Zenin hasta el palacio no es fácil. En estos días, los bandidos están particularmente descontrolados... —Salina se rió como si estuviera sorprendida por la abierta insinuación de Ail.

—¿Él sabe cómo es en realidad Su Majestad? Sinceramente, no sabía que fuera tan aterrador.

—Claro que no lo sabe. Si lo supiera, se quitaría los zapatos y saldría corriendo inmediatamente. Es un hombre tímido. Cuando me enojo, tiembla de miedo. Pero la forma en que responde con tanta firmeza es atractiva.

—Pobre mariposa, no la sujete con demasiada fuerza o se romperá.

Ante las palabras juguetonas de Salina, Ail susurró con una sonrisa espeluznante y ojos que de repente se volvieron fríos.