El jardín trasero del palacio estaba impresionante, la luz de la luna era tan intensa que iluminaba con su fría luz todo el entorno. Sin embargo, había una mesa cerca de la fuente y los rosales adornada con velas en el centro.
-Es precioso-dije maravillada mirando hacia todas las direcciones, sin perderme el más mínimo de los detalles
-Estas son mis disculpas por lo del otro día -dijo Kylan
-¿Lo has hecho tú todo ?-pregunté aún perpleja
Era una pregunta un poco tonta teniendo en cuenta que Kylan era el príncipe, por supuesto que no lo había hecho él, tenía empleados de sobra para organizar todo esto en un abrir y cerrar de ojos
-Sí, todo esto lo he organizado yo. No ha quedado mejor por falta de tiempo pero la intención es lo que cuenta -se encogió de hombros sonriendo
Esa afirmación destruyó todas mis suposiciones y teorías. Quedé desconcertada ante el hecho de que se había esforzado por mí
-Di algo, por favor -dijo al notar mi silencio
-No sé que decir, estoy... estoy sorprendida -admití
-¿Te sorprende que haya hecho esto ?-preguntó
-Pensé que lo harían otros por tí
-Pero así no tendría gracia, se supone que soy yo el que quiere tu perdón
Me conmovió que hiciera todo esto por mí sin tener la culpa de absolutamente nada, así que decidí abrazarlo. Se sorprendió por mi acción pero rápidamente me devolvió el abrazo
-En realidad no tienes la culpa de esto, tus padres no me aceptaron y yo pagué mi frustración contigo, soy yo quien debe disculparse -dije
-Ninguno de los dos merece echarse las culpas, a partir de esta noche todo cambiará, lo prometo -me dijo y luego comenzamos a cenar
Juntos cenamos tranquilamente mientras la brisa fría nos envolvía a ambos. Al terminar, decidimos pasear por los jardines reales y observar el cielo completamente estrellado que se asomaba esta noche. Mientras caminábamos, tuve que voltearme varias veces porque un escalofrío me erizaba la piel
-¿Qué buscas?-me preguntó Kylan al ver que me giraba constantemente
-No lo sé, siento como si nos observaran o algo parecido -admití frotándome la piel de los brazos
-No lo creo, estamos rodeados de guardias -dijo él
Kylan se giró también varias veces para comprobar, pero tampoco veía nada. Sin embargo, la sensación seguía ahí, era demasiado inquietante. Sentía como si un par de ojos atravesaran mi espalda y otro escalofrío me atacó
-Tranquila, es solo que estás asustada porque es de noche, aún no conoces perfectamente el castillo y estás algo nerviosa, no hay nadie ahí -Kylan trató de tranquilizarme
Continuamos nuestro paseo y entonces decidimos tumbarnos en el césped suave y fresco a mirar el nocturno cielo estrellado
-¿Ves aquella estrella? La que más brilla -dijo señalando con su dedo índice la estrella a la que se refería
-Sí
-Pues no brilla tanto como tus ojos
Sonreí como tonta ante sus palabras y vi como se incorporó a mi lado. Me puse de pie pero él se quedó en el suelo de rodillas y mi mente no podía asimilar con claridad lo que estaba pensando, no podía ser posible
—Freya, creo que es pronto para lo que te voy a pedir pero necesito que tu alma se una a la mía por toda la eternidad, quiero que tus ojos brillen solo para mí—dijo posicionándose bien sobre su rodilla
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El encanto de Wisperdale
Novela JuvenilWisperdale es un reino lejano gobernado sabiamente por sus monarcas. Estaba en el medio de la nada, solamente rodeado por un calmado mar. Los pueblerinos solían decir que era un reino mágico porque en el centro del bosque había un acantilado y una a...