Chapter 22

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La luz del amanecer se filtraba suavemente a través de las cortinas, bañando la habitación en un tono cálido y suave. Mi mirada permanecía fija en Wooyoung, cuyo rostro precioso descansaba serenamente en mi brazo, como si fuera el lugar más seguro del mundo.

Su respiración suave y regular me hipnotizaba, y mi corazón latía al unísono con la suya. Mi brazo, convertido en su almohada, sentía el calor de su piel y la suavidad de su cabello. Mi mano, estaba firme en su cintura, percibiendo la curva de su cadera y la tensión relajada de sus músculos. Mientras Su brazo rodeaba mi pecho.

La camisa, que había sido mía, ahora parecía un vestido holgado en su cuerpo, resbalando sobre sus hombros y cayendo en pliegues sueltos sobre su pecho. La tela blanca se contrastaba con la piel de su cuello y clavículas, donde las marcas de chupetones y mordidas resaltaban deliciosamente.

La imagen era a la vez lasciva y dulce, que me hacía sentir extasiado, y maravillado hasta la cima.

La luz del amanecer bailaba sobre su piel como una caricia suave, realzando la silueta perfecta de su figura. Su rostro, sereno y relajado, parecía una obra de arte, con facciones finamente talladas y una belleza etérea.

Su cuello, largo y elegante, se extendía como un invito a explorar, a besar y a saborear. La piel suave y cremosa parecía pedir ser tocada, y mi mente se llenaba de imágenes de cómo besar aquellos lugares precisos, sentir su calor y su respiración en mi piel, de nuevo.

La luz del amanecer destacaba también los contornos de sus hombros, la curva de su espalda y la forma en que su cabello caía sobre su frente. Cada detalle era una obra de arte, una parte de un todo que me hacía sentir completo.

En ese momento, sentí una oleada de deseo y ternura. Quería protegerlo, tenerlo a mi lado las 24 horas del día, Saborearlo, poseerlo, todo a la vez.

Sus párpados, pesados por el sueño, comenzaron a parpadear lentamente, como si estuvieran luchando contra la luz del sol que entraba por la ventana. La claridad del día parecía dolorosa para sus ojos, que habían estado cerrados durante tanto tiempo.

Cuando finalmente se abrieron totalmente, su mirada aún empañada por el sueño se fijó en mí. Su expresión era confusa, como si estuviera tratando de recordar dónde estaba y qué había sucedido.  "Lo Mantendré bajo mi control, con o sin su consentimiento." Pensé despreocupadamente, mientras veía con atención sus movimientos.

Mientras se espabilaba del sueño, sus ojos comenzaron a abrirse ampliamente, y su mirada se clarificó. Pero en ese momento, una mueca de dolor cruzó su rostro. Su frente se arrugó, y sus cejas se fruncieron delicadamente.

- Me duele la cabeza.- , dijo en un tono ronco y suave, sin moverse de la posición en la que estábamos. Su voz era baja y rasposa, como si hubiera pasado la noche gritando.

Su cuerpo se mantuvo inmóvil, como si cualquier movimiento pudiera empeorar el dolor. Su cabeza seguía apoyada en mi brazo, y su mano aún rodeaba mi pecho.

- ¿Quieres una pastilla?  -

El asintió rápidamente, su cabeza moviéndose en una breve y débil inclinación. Sus ojos, que habían estado abiertos momentos antes, ahora parecían quererse cerrar de nuevo, como si el dolor y la fatiga fueran demasiado para él.

Sus párpados cayeron, y su mirada se perdió en la distancia. Su respiración se volvió más lenta y profunda, como si estuviera luchando por mantenerse despierto.

Su cuerpo se relajó aún más en mi brazo, su peso apoyándose en mí. Su mano, que había estado rodeando mi pecho, se aflojó ligeramente, pero no se soltó.

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