CAP. 4 ECOS Y NUEVOS ENCUENTROS

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Un susurro escondido,
una sombra sin voz,
me sigue en silencio,
sin forma ni razón.

Me giro, no hay nadie,
es solo el temor,
la noche se cierra
en un mudo clamor.

Oh, sombra sin nombre,
déjame en paz,
que al romper el alba
me pueda encontrar.

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A medida que pasaban los días, el misterio de los mensajes parecía volverse más espeso, como una niebla densa que me rodeaba. Decidí seguir con mi vida cotidiana, intentando ignorar el miedo que se instalaba en mí, pero ya no era tan sencillo. Había dejado de caminar sola por las noches, y hasta evitaba ciertos pasillos oscuros en la universidad. La paranoia era una sensación difícil de sacudir, y Ramona no dejaba de recordarme que debía tomarlo en serio.
Desde que los mensajes del desconocido desaparecieron, sentí que podía respirar de nuevo.

Al principio, revisaba el teléfono cada mañana, temiendo encontrar alguna notificación que interrumpiera la calma que, poco a poco, comenzaba a recuperar. Pero con cada día de silencio, mi confianza crecía. No sabía qué había pasado, ni por qué el desconocido había dejado de escribirme, pero estaba dispuesta a dejar atrás ese miedo y enfocarme en los nuevos capítulos que la vida universitaria me estaba dando.

Parte de esa nueva normalidad la encontraba en mis clases y en la compañía de mis amigos, entre ellos una chica imposible de ignorar: Ramona. Ella era mi segunda mejor amiga desde que entramos a la universidad y, con su energía casi explosiva, siempre sabía cómo sacarme una sonrisa y hacerme olvidar cualquier preocupación. Ramona era de esas personas que nunca te dejarían caer. Si estaba de buen humor, sus carcajadas podían escucharse en toda la universidad, y si estaba enojada, bueno… más de uno prefería mantenerse a distancia. Pero ella siempre estaba ahí para recordarme que la vida es corta y que vale la pena arriesgarse.



Fue ella quien me empujó a seguir adelante con las citas después de que me registré en la app, aunque mi intención inicial era solo intentarlo y no esperar demasiado.
“¡Vamos, Eloise! Te quejas de que no pasa nada emocionante en tu vida, y cuando hay una posibilidad de algo nuevo, ¿vas a decir que no?” solía decirme.

Me dirigía a mi clase de dibujo, donde conocí a un nuevo estudiante llamado Lucas.
La semana pasada, justo cuando estaba sintiéndome más cómoda con todo esto, conocí a un chico en mi clase de dibujo. Se llamaba Lucas, y desde el momento en que lo vi, algo en él me llamó la atención. Era un chico alto, de cabello oscuro y desordenado, y unos ojos azules que parecían contener un mundo de pensamientos profundos y secretos. Cada vez que lo veía dibujar, estaba tan concentrado, tan perdido en su propio arte, que hasta sus gestos hablaban de alguien que vivía intensamente. Había algo magnético en él, como si su mundo privado estuviera lleno de historias y emociones que nunca compartiría a simple vista.
El y yo no hemos empezado a hablar o algo por el estilo. Lucas era apuesto y divertido, y me sentí atraída por su energía. Pero quien no lo aria, era muy guapo y no parecía que estudiábamos lo mismo
- ¿Eres nueva aquí?- pregunto Lucas
- No ,estoy en mi tercer año- respondí con una sonrisa
- Entonces, ¿por que no te he visto antes?- Lucas sonrió
Dios mio tiene una sonrisa tan bonita y que bonitos dientes
“¿soy yo o por que hace tanto calor ? ”, mierda no te puede callar solo una vez conciencia
Asi que solo me encogí de hombros y conteste
- Supongo que estaba un poco muy escondida en mi mundo y aparte esto de dibujar, es lo que me gusta


Sabes me encantaría ver tus dibujos- Lucas me sonrió. Me sentí halagada y decidí mostrarle, algunos de mis pequeñas obras de arte. Desde que Miss. García dijo que cada trazo y cada dibujo finalizado e inspirado, o algo así había dicho , bueno dijo que es una obra de arte, así que tal vez tenga razón miss García
Cuando Lucas se acerco a mi mesa y comenzó a revisar mis dibujos y no decía nada, simplemente tenia su cara de concentración, pero se veía como si estuviera juzgando y yo sentía como la ansiedad en mi crecía a cada instante.

CITA CON EL DESTINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora