CITA CON EL DESTINO

CAP.6 CONSEJOS ENTRE AMIGOS

Ecos en el alma,
susurros de noches aún presentes,
mensajes que tiemblan entre mis manos,
dos voces, dos mundos, dos corrientes.

James, chispa que prende mis sueños,
latido nuevo que rompe el silencio,
en sus palabras, la fiebre del viento,
en su sonrisa, el vértigo intenso.

Lucas, refugio que siempre me llama,
hogar sin juicios, verdad que descansa,
sus ojos, un puerto, su voz, una calma,
como un río que fluye entre la esperanza.

Y entre ellos camino, perdida y entera,
un puente tendido entre dudas sinceras.
Ramona, mi luz, con su fuerza ligera,
y Antonio, un faro de voz verdadera.

"El tiempo," me dicen, "es quien sabe hallar
las respuestas que hoy no puedes nombrar.
No corras, no huyas, no temas amar,
deja que el alma encuentre su lugar."

Así, bajo estrellas que en silencio guían,
guardo los ecos de esta travesía.
Dos corazones laten en mi melodía,
y en mi confusión, nace la poesía.

-----------------------------------------------------------------------------

La mañana después de nuestra cita, desperté sintiéndome diferente, como si algo dentro de mí hubiera cambiado. Mi teléfono estaba en la mesita de noche, y lo miré con una mezcla de emoción y nervios. Había mensajes de James y de Lucas.

Abrí el mensaje de James primero.

James: “Buenos días, hermosa. No dejo de pensar en anoche. Espero que hayas despertado con una sonrisa como la que me dejaste.”

Sonreí, sintiendo mi corazón acelerarse con sus palabras. Era como si hubiera encendido una chispa que hacía tiempo no sentía. Luego, tomé aire y abrí el mensaje de Lucas.

Lucas: “Hey, Eloise. Sé que dijiste que estabas ocupada, pero si necesitas hablar o simplemente distraerte, ya sabes que estoy aquí. ¿Nos vemos hoy?”

 
Me quedé mirando los mensajes, sintiendo una extraña dualidad. Por un lado, estaba la emoción nueva e intensa que James había traído a mi vida; por el otro, estaba la familiaridad cálida y reconfortante de Lucas.

Decidí tomarme un tiempo para pensar, así que salí a caminar. Mientras avanzaba por las calles de la ciudad, las escenas de la noche anterior pasaban por mi mente como un sueño. No pude evitar preguntarme si todo había sido tan perfecto como lo recordaba, o si había idealizado esos momentos con James.

Mientras me sumía en mis pensamientos, el sonido de una voz familiar me sacó de mi ensimismamiento.

—Eloise —dijo Lucas, que estaba en una cafetería a unos metros de donde yo estaba caminando. Su expresión era de sorpresa y algo de preocupación. Me acerqué, sin saber exactamente cómo explicar el torbellino de emociones que llevaba dentro.

 
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, y él me miró con esos ojos sinceros que parecían traspasar cualquier barrera.

 
—¿Cómo has estado? —preguntó. La pregunta sonaba simple, pero en su tono había algo más profundo.

 
—He estado… pensando en algunas cosas —respondí, tratando de elegir mis palabras con cuidado.

Lucas me observó en silencio, esperando a que continuara. Finalmente, reuní el valor para hablarle de mis dudas.