" Las palabras son poderosas pueden provocar una enorme tormenta o crear un bello arcoiris"
NEREA:
Seguimos caminando, las calles tranquilas a nuestra alrededor, sin prisas. La noche parecía llevarnos por un camino que, aunque ya familiar, estaba cambiando. No sé si era la compañía de Aidan o el hecho de estar hablando sin miedo y sin barreras, pero algo en el aire hacía que todo se sintiera diferente, menos pesado.
—Oye, ¿cómo empezó tu mamá a pintar? Siempre me ha dado curiosidad.
Me detuve un momento, pensando. La pregunta me sorprendió, pero también me hizo sonreír. Mi mamá… su historia con la pintura siempre me había parecido especial.
—Ah, pues… —empecé, mientras caminábamos hacia su casa—. Cuando era joven, poco después que mi papá se fuera, comenzó a trabajar en un lugar de limpieza, y a mi mamá le regalaron un lienzo viejo, de esos que nadie quería. No tenía ni idea de qué hacer con él, pero le gustaba mucho la idea de pintar, así que compró algunas pinturas y, bueno, le dio forma a lo primero que le salió. Y lo curioso es que su primera pintura la hizo conmigo.
Aidan levantó una ceja, interesado.
—¿De verdad? —preguntó, mirando hacia mí con curiosidad—. ¿Y qué pintaron?
Reí al recordar ese momento, algo tan simple y tan significativo a la vez.
—Un paisaje. Un sol enorme, amarillo, como si todo el color del mundo hubiera sido metido en una sola imagen. Era algo muy colorido, muy… de mamá, ¿sabes? —dije, sonriendo. Recordar esos momentos siempre me daba un calorcito por dentro—. Y lo hicimos juntas, ella pintando, yo pasándole los pinceles, dándole ideas, siendo parte de su primer cuadro, mamá siempre me fomentaba todo lo que fuera arte, pintar, dibujar, aunque no teniamls dinero ella trataba que cada día fuera más y mas divertido.
Aidan sonrió de vuelta.
—Eso suena genial. Me imagino que luego, ella se hizo toda una profesional.
—No, no fue tan fácil. —Negué con la cabeza—. Al principio nadie creía en ella. Pero… ¿quién puede ignorar a alguien con tanta pasión, verdad? Ella realmente se esforzó, mientras trabajaba, era mamá, también estudiaba y practicaba conmigo en casa.
Él asintió, comprendiéndolo sin necesidad de palabras.. Y antes de que nos diéramos cuenta, ya estábamos llegando a la puerta de mi casa.
Aidan se detuvo un momento y, me volteo a ver con una mirada traviesa,
—Nerea, ¿sabes que son las estrellas?
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El Laberinto Dentro De Nosotros
Novela Juvenil¿Alguna vez has sentido que tu vida es un laberinto lleno de encrucijadas y caminos inesperados? Mi historia es así, llena de curvas, salidas y desvíos que solo yo conozco. Pero entre esos caminos se esconde un misterio: un chico de suéter amarillo...