La apuesta (Justin Bieber)

Capítulo 39: No dejaré que te vayas.

(Narra Spencer)

Íbamos ya de regreso a casa de los Bieber, después de pasar prácticamente la mitad del día en los juegos de la heladería.

Mi celular comenzó a sonar, escarbé en el desorden que había en mi bolsa hasta que lo localicé. Era el número de mi casa.

— ¿Si?

—Señorita Spencer — se escuchó del otro lado de la línea —Su madre pregunta que a qué hora llegara.

—Dile que no llegaré— conteste seria y noté como Justin volteaba a verme y luego regresaba su mirada al camino. —Dile que me quedaré en casa de Chaz. — Lúci una de las encargadas de la casa tapó la bocina y escuché como le repetía mis palabras a mi madre quien apuesto todos mis vestidos a que estaba perdida en su laptop y hablando por su celular.

—Dice que está bien que tenga cuidado— ahora necesitaba hablar con Chaz.

Colgué y dejé presionado el uno, que era la marcación rápida para Chaz, llevé mi celular a mi oído.

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(Narra Justin)

¿Con esa facilidad la dejaban quedarse en casa de Chaz? Se la había pasado todo el día fuera y porque simplemente no le apetecía llegar a su casa no lo hacía.

— ¿Chaz? ¿Dónde estás?— dijo pasando una de sus manos por su cabello. — ¿Me puedo quedar en tu casa hoy?— preguntó y volteé a verla, una sonrisa se coló por sus labios. —Gracias— dijo entusiasmada —Ahora nos vemos— presionó el botón rojo. Una vez más volteé a verla, ella también volteó y me sonrió arrugando la nariz. Regresé mi mirada al camino.

— ¿Y cuándo vendrás de nuevo?— le preguntó Jazzy a Spencer al momento que se despedía.

—P-Pues... Yo— balbuceó y levantó su mirada buscando la mía —Pues cuando tú me invites— le dijo sonriente.

— ¡Ahora!— Jazzy comenzó a saltar —Quédate mas ¿sí?

—Si dile Justin — me pidió Jaxon.

—No niños— dijo con un tierno tono de voz —Es tarde, y mañana tienen colegio al igual yo— les explicó pero era imposible hacerlos cambiar de opinión.

—Vayan adentro ya— les dije y ambos voltearon a verme ¿tristes?

—Está bien— dijeron al unísono, ambos dieron un beso en la mejilla de Spencer y caminaron enfilados hacia la casa.

—Bueno...— alargó caminando hacia su auto —Adiós Bieber— ¿Qué? ¿Así nada mas? ¡Mierda! ¡Eso es! ¡Eso es lo que precisamente odio de ella! En un momento es una y a los pocos minutos ya es otra.

Caminé detrás de ella y cuando intentó abrir la puerta puse mi brazo y volví a cerrarla.

— ¿Se puede saber qué haces?— preguntó dándose vuelta.

—No dejaré que te vayas— dije firmemente acorralándola poniendo mis brazos a sus costados, ella abrió sus ojos como platos —No hasta que me prometas que no saldrás con Christian.

— ¿Y por qué habría de prometerte eso?— frunció el ceño — ¿A ti que te importa si salgo con él o no?

—Solo no quiero que salgas con él— ni siquiera yo sabía el por qué de mi petición.

— ¿Celos?— preguntó tratando de provocarme, no le diría lo que quería escuchar.

—Sabes de sobra que no.

—Lo que yo sé es que te mueres de celos de que salga con Chris pero no tienes el suficiente valor para decirlo— te está provocando Justin, no caigas. — ¿Lo ves?— sonrió macabramente — Te gusto...— subió sus manos lentamente por mi pecho hasta mi cuello —Incluso sé qué crees que soy linda— gracias Jazzy.

—N-No.

—Oh por favor Just— me interrumpió con fastidio —Deja de hacerme perder el tiempo y deja de perder tu tiempo— forcejeó tratando de hacerme a un lado pero no logró ni moverme un centímetro.

—Dejare de hacerte perder el tiempo hasta que me digas que no saldrás con Christian— insistí, simplemente no quería que lo hiciera.

— ¿Por qué Justin? — gritó molesta.

—Porque no quiero que salgas con él.

— ¿Qué? ¿Ahora tú me dirás con quién salgo y con quién no? — dijo irónicamente. Realmente quería salir con Chris.

—Así es— sonreí.

— ¡Ah! ¿Y se puede saber con quién si puedo salir?

—Con nadie. — La acorralé aún más pero esta vez posé mis manos sobre su cintura y sin darle tiempo a reclamarme algo uní nuestros labios. Por primera vez se negaba a corresponderme. Uní nuestras frentes dejando de besarla y subí mi mano a su cuello.

—No te creo en lo absoluto que quieras salir con él. — Mentí. Tomó mi mano y la quitó.

— ¿Tu qué crees Justin? ¿Qué voy a seguir detrás de ti soportando tus rechazos? Ya lo intenté, ¡Me gustas Justin! Pero ya me cansé. — Se dio la media vuelta y de nuevo intentó abrir su auto, esta vez no se lo impedí.

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