Ambos chicos regresaron a la cabaña para comenzar a repararla, porque aún pasarían una noche en el lugar. Además, entre otras cosas, Dazai le había dicho a Akutagawa que debían dejar la cabaña arreglada o ese dinero se descontaría de sus sueldos. Aunque a él no le importaba el dinero, sabía que el chico tigre no podría costear los arreglos.
—¿Crees que podamos acabar las reparaciones? —preguntó Atsushi, dudoso.
—Tenemos que. Andando —dijo Akutagawa, y se pusieron manos a la obra.
Así comenzaron a trabajar, y aunque al inicio quedaban mal los parches de madera que ponían acá y allá, al final su reparación fue mejorando. Tras algunas horas, habían acabado. Exhaustos, fueron al comedor, y mientras Akutagawa se sentaba en una de las sillas de la barra, Atsushi fue a la cocina para hacer algo de comer.
—¿Por qué no descansas un momento? —dijo Akutagawa, algo irritado.
—No, porque de seguro tienes hambre —respondió Atsushi, desconcertando al chico. Viendo su alegría al comenzar a preparar los alimentos, decidió no interferir y salió de la cabaña.
El detective, curioso, se asomó a ver qué había ido a hacer el chico, encontrando que cortaba algunos leños para la chimenea. Sonrió para sí, como si acabara de ver florecer una flor, y siguió cocinando con alegría... Sin notar que, en un momento en que su antes rival llevaba los leños a la cabaña, este se había quedado mirándolo mientras cocinaba, tan sorprendido como encantado de verlo así y tan alegre.
Afuera comenzó a hacer mucho frío, y cuando hubo tenido lista la comida, los dos se sentaron a comer algo caliente. Atsushi lucía nervioso, pero al mirar que Akutagawa parecía disfrutar su estofado, se alegró y comenzó a comerlo. Sentados, uno frente al otro, la tensión de días atrás parecía extinta.
—¿Te gusta?
—Sí.
Después de todo, habían pasado tantas cosas juntos... ¿O era algo más?
—Parece que volverá a nevar —comentó Akutagawa, mientras comenzaba a prender el fuego en la chimenea.
—Espero que nuestras reparaciones aguanten lo suficiente —comentó el chico albino mientras cerraba por completo la cabaña. Y así, la tormenta se soltó afuera, y ambos fueron a sentarse al sillón frente a la chimenea, uno a cada extremo del sillón, frente a frente, mientras parecían expectantes de lo que le pudiera pasar a la cabaña. O más bien, es que no sabían de qué hablar con el otro, sin «incomodarle».
—¿Alguna vez has visto los copos de nieve? —preguntó Atsushi, intentando entablar una conversación con el chico.
—Sí, en imágenes. A simple vista no se pueden ver.
—Es cierto, es algo tan pequeño y, aunque no se ve a simple vista, es tan hermoso. Intenté verlos el otro día cuando nevaba, pero no pude obviamente... Creo que fui muy ingenuo —recordó Atsushi, esbozando una hermosa sonrisa que miró Akutagawa. Este, recordando así cuando lo había visto salir a mirar la nieve, desvió mejor la vista al fuego al sentirse mal de haberlo tratado así ese día, sintiendo chiquito el corazón.
—Eso supongo... —expresó simplemente, mientras pensaba en su mente: «¿Qué podía ser eso que estaba sintiendo?».
Sin embargo, esa mirada y respuesta cortante preocupó a Atsushi. En el fondo, pensaba que Akutagawa seguía enojado por haber perdido la apuesta que tenían con Dazai. Y aunque para él su apuesta no valía en lo absoluto el haber arriesgado así sus vidas, no sabía qué habían pactado su rival y su mentor días antes.
Además, se sentía contento de poder compartir esos días y espacio con Akutagawa, tanto así que, al saber que estaban a punto de marcharse, se había sentido triste. Era algo raro, puesto que su compañero de misión había intentado matarlo tiempo atrás, pero después habían ido sucediendo una serie de cosas que los había llevado a entenderse y a trabajar como un equipo. Tal vez muy para el pesar del chico de la mafia, pero era algo que comenzaba a desear el detective que pasara de nuevo, y poder volver a pasar más tiempo juntos, aunque ante los ojos de cualquiera eso no sería lo «normal».
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Cómo perder a un hombre en diez días... Shinsoukoku Bungou Stray Dogs
FanfictionDazai pide a Akutagawa acompañar a Atsushi a una misión muy peligrosa, pero él se niega. Entonces, Dazai lo reta: si acepta ir y cumple con ella, volverá a aceptarlo como su aprendiz. Pero, hay una condición extra: si Akutagawa se enamora de Atsushi...