Apenas se asomaban los primeros rayos de sol en la estación de trenes, cuando Atsushi, con una mochila algo grande, llegó corriendo para no perder el tren. En la plataforma solo había otra persona más, quien, cargando una mochila ligera, lo miraba con desdén en cada paso.
Ese era Akutagawa.
—Siento llegar tarde, mi despertador se... —Atsushi iba jadeando y trataba de recuperar el aliento al llegar a su lado.
—Veo que Dazai-san no te ha enseñado a ser puntual.
—Te digo que fue mi...
—No me interesa. Esta misión debe cumplirse en diez días. Espero que te esfuerces por ello —Akutagawa usó un tono severo, sorprendiendo a Atsushi.
Ambos se miraron por un momento. Justo entonces, el tren arribó a la plataforma. En silencio subieron y, sentados uno frente al otro, iniciaron el viaje.
Mientras Atsushi observaba el recorrido con asombro, Akutagawa parecía fastidiado e intentaba leer un libro, aunque su mirada se elevaba de forma repentina cada vez que las expresiones de sorpresa o maravilla llenaban el rostro de su rival.
—¿Puedes dejar de hacer eso?
—¿Hacer qué?
—Mirar todo como si fuera nuevo. Es molesto.
—Nunca había salido más allá de la ciudad —respondió Atsushi, frunciendo el ceño—. Pero no te preocupes, ya no lo verás. —Tomó un folleto del tren y cubrió su rostro con él, dejando visibles solo sus ojos.
Akutagawa aspiró hondo y prosiguió con su lectura, o al menos lo intentó. Bajo la luz del día naciente y con los paisajes elocuentes al pasar, el brillo en las pupilas del chico tigre era inevitable de notar, lo cual le molestaba aún más. Finalmente, decidió dormir. Después de todo, solo era cuestión de aguantar a ese sujeto durante diez días. Y, tras cumplir la misión, recuperaría a su tutor para siempre.
—Ya llegamos, Akutagawa —Atsushi movió al joven ligeramente. El sol comenzaba a ponerse. Habían sido varias horas de viaje, y el paisaje había cambiado por completo.
Cuando ambos bajaron del tren, todo estaba cubierto de nieve y rodeado de un vasto bosque. Era una región remota, solitaria y fría. Ambos sintieron de inmediato el cambio de clima y se resguardaron en un coche que ya los esperaba para llevarlos a su hospedaje.
Atsushi lucía algo incómodo por el silencio absoluto que reinaba estando con Akutagawa. Sabía que no le caía bien al chico, y, aunque tenían un reto pendiente a cumplirse en seis meses, estarían juntos durante diez días. El silencio no le agradaba, no cuando ya se había acostumbrado al bullicio de la Agencia y de sus compañeros.
Decidió entonces romper el hielo.
—Akutagawa, sé que nos detestamos y que estamos en esto solo porque nuestros jefes lo pidieron, pero no me veo estando en silencio durante diez días.
—No vine aquí para ser tu amigo, hombre tigre. Hablaré lo necesario contigo. ¿O quieres que te cuente sobre mi vida y mis gustos?
—No, no —respondió Atsushi, apenado. Bajó la mirada y desistió—. Olvídalo.
Akutagawa lo miró un momento antes de desviar su atención al paisaje. El automóvil se detuvo frente a una cabaña en lo alto de una colina. Ambos bajaron y tomaron sus pertenencias.
—La cabaña tiene lo que necesitan para su estancia. Solo les advierto que, para llegar al poblado más cercano, solo podrán hacerlo de día, y tardarán unas dos horas caminando. De noche, hay tormentas de nieve y es imposible. Vendré a recogerlos en diez días.
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Cómo perder a un hombre en diez días... Shinsoukoku BSD FINALIZADO
FanfictionDazai pide a Akutagawa acompañar a Atsushi a una misión muy peligrosa, pero él se niega. Entonces, Dazai lo reta: si acepta ir y cumple con ella, volverá a aceptarlo como su aprendiz. Pero, hay una condición extra: si Akutagawa se enamora de Atsushi...