Ohm supo que no debería haber dicho aquello en cuanto las palabras salieron de su boca.
—No soy un Natouch —renegó. Lo odiaba, odiaba a todo el mundo—. ¿por qué iba a querer ser un Bianchi o un Natouch?
—Entonces sé un Thitiwat —insistió Ohm.
—¿Para que así tú también puedas tratarme como un intruso?
—No serás un intruso.
Fluke dejó escapar una suave risa amarga.
—Ahora mismo sientes lástima por mí. Mañana seré como una cadena colgando de tu cuello. ¿crees que no sé cómo va? Gabriella me dejó con mi tía y luego me abandonó. Me visitaba una vez al año hasta que cumplí los diez. Dejó de hacerlo cuando le pregunté si sólo venía a darle dinero a mi tía para mi manutención. ¿Quieres saber cuál fue su respuesta?
—No —murmuró Ohm.
—Admitió en mi cara que así era y se marchó. A
partir de entonces el dinero llegó por correo.
Ohm maldijo en silencio.
—Es una maldita egoísta que...
—Sí —lo atajó él al instante. No necesitaba escuchar lo que era su madre—. Oscar fue más sutil. Me permitió quedarme siempre y cuando me escondiera en la cocina y fingiera ser un criado.
—Estaba protegiendo a Lillian.
—¿Crees que no lo sé y no lo valoro? —le espetó Fluke—. ¿Crees que me molestó que protegiera los sentimientos de su pobre esposa antes que los míos? ¿Crees que no entendí que sus otros hijos se molestaran y me culparan de los escándalos que surgieron más tarde? ¿O que no me culpo por, ellos? Pero ¿Pensó acaso Oscar en cómo me sentía yo?
Fluke hablaba con un dolor que había mantenido enterrado hasta el momento.
—¿Evitaron mis sentimientos que me enviara lejos lo más rápidamente que pudo?
—Oscar quería que aprendieras a...
—Quería que me comportara como un Natouch o que me marchara aseguró Fluke—. Bien, pues ya no quiero ser un Natouch. No es la clase de gente que me gusta. Y tú tampoco. Oscar quería que aprendiera a ser íntegra...
Y de pronto Fluke entendió lo que significaba la integridad para él. Significaba ser honesto consigo mismo. Con la persona que quería ser, no con la que los demás querían que fuera.
—Bien, pues no quiero la integridad de Oscar si eso significa vestirse con ropa cara y sonreír falsamente. No quiero casarme contigo porque esté esperando un hijo tuyo y te preocupa lo que Oscar pueda pensar. Eso es asunto de tu integridad, Ohm. La mía me está diciendo que es hora de marcharme y ser yo mismo.
—Me importa un bledo lo que Oscar piense —protestó Ohm.
—Mentiroso —le espetó Fluke—. Eso ya ha quedado claro con tu idea del control de daños.
Era como si le hubieran golpeado por detrás. Ohm no lo esperaba. No estaba en guardia para defenderse.
El coche se detuvo ante la puerta de su edificio. Fluke le dirigió una mirada helada y luego se desabrochó el cinturón de seguridad y salió del coche. Ohm se quedó allí sentado, consciente de que corría el peligro de perder la única oportunidad de arreglar algo que no debería haber dicho nunca.
Abrió la puerta, salió del coche y lo siguió al interior del edificio. Si lo que Fluke quería era que se sintiera el peor hombre de la tierra lo estaba consiguiendo, pensó mientras subía con él al último piso en el ascensor. Aquí no había vestíbulo, sino que el ascensor subía directamente al apartamento.
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Escándalo Millonario
RomanceMientras fregaba suelos, Fluke soñaba con una vida mejor. Y un día su sueño se hizo realidad cuando descubrió que pertenecía a una de las dinastías más ricas del mundo. Pero el estilo de vida sofisticado y espectacular de la familia Natouch asustaba...