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CREEGAN STARK....Había engañado a Mayara, era la primera vez que lo hacía. Me sentía culpable el aver disfrutado eso

Desde hace semanas había llegado a Winterfell, no me estaba escondiendo Maegor sabía donde me encontraba pero aun así no atacó. Se habían llevado a Sersi...Max estaría enojado conmigo

Y Mayara lo estará más, se que la última pelea tuvimos fue donde ella rompía ell acuerdo sobre no ir. A burdeles, pero yo no quería corromper de esa forma el matrimonio

No hasta esa noche...me encontraba en una de las calles de winterfell, solamente iba a ir a tomar algo nececitaba liberarme

No fue hasta que una mujer igual a Mayara se cruzo frente a mi, ella me vio de reojo sus ojos eran verde y no dorados. Su cabello era blanco pero con mechones cafés, tan largo que le llegaba a la cintura o mas a bajo y su cuerpo casi igual al de mi esposa

Sus busto era más pequeño, mis manos lo agarraban perfectamente y su cintura no estaba tan pronunciada como la de Mayara, no había cicatrices, ni quemaduras

Pero las facciones y esa sonrisa que tanto anhelaba que me diera mi esposa ya desde hace meses, me hizo sentirme necesitado. Fui el primero en besarla, ella me recibió gustosa

No se sentía igual, su toque era tan tímido y tranquilo que llegaba a desesperarme y su voz era tan delicada y alegre

Pare una vez que termine afuera de ella, no nececitaba un bastardo. Solamente quería al hijo que tenia con Mayara y que pronto nacería, esa noche dormí en aquel burdel con culpa y me producía yo mismo asco

Jamás pensé en hacerlo, no tenia valor para confesarlo





El último aliento entre el caos

Di varias vueltas por la habitación, con todo el dolor de mi corazón había elegido salvar a Lucerys y sus hermanos. Rhaenys me habia pedido cuidar a sus nietas y una de ellas estaba en Arryn

Me vi al espejo, mi cabello estaba envuelto en un chongo bajo, traía la capa que un targaryen siempre lleva, y mi ropa de montar. Max dijo que sería más seguro para mi y el bebé, estar arriba de Onyx

Mi espada estaba en mi cadera, era tan ligera como una pluma. Era demasiado fácil manejar

Toque mi estómago, ahora se veía un bulto. Cuando Creegan se entere lo más seguro es que venga junto Vhermitor a regañarme y llevarme con el al norte alejado de todos y de todo

Eso no estaría mal.....

La puerta se abrió de manera lenta ocasionando un ruido, que hizo que mi mirada en el reflejo del espejo se dirigiera hacia la puerta

Daeron se paro a unos metros de tras de mi, en su mirada había algo de preocupación y pena. Algo extraño, realmente estos días desde que llego la carta de Maegor, el a evitado hablar conmigo

Su mirada recorrió mi figura y se acercó con algo de duda. El dudo en tocarme

-¿Qué te sucede?-Le di una sonrisa mientras me volteaba hacia donde el estaba, girando la mitad de mi cuerpo

El toco mi cara y dio leves caricias en mis cachetes, después agarro el mechón de mi cabello y lo toco. Parecía tratar de memorizar mis facciones, me veía con culpa y a la vez con nostalgia

La Maldición de Valyria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora