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RHAENYRA TARGARYEN....

La mirada de todos estaba sobre mi. Corlyns me veía con odio, ¿acaso pensaba que era mi culpa lo de la muerte de la princesa Rhaenys?

Tal vez si lo era

Mayara había tomado el mando de un momento a otro, yo no tenia las palabras para decirle que estaba mal

—No creo que sea bueno que el príncipe se esconda, la princesa Mayara no tiene esa desición y mucho menos el poder —Mi mirada fue directo aquel hombre

—¿Le acaba de decir cobarde a mi hermano el príncipe?—Jacaerys se levantó de su asiento y se le acercó de manera intimidante

—Basta—me recargue en la mesa ya cansada—No podemos pelear entre notros, mejor ahorren esas energías para los verdes. La princesa tiene razón, mi hijo cuidara bien de sus hermanos y nostros iremos a la guerra. No acepto más objeciones

......

Entre a la habitación de Mayara esta se sentía solitaria, me daba sierto interés el porque casi todo estaba oscuro. Camine hacia donde estaba su cama, pero no había nada

—¿Qué haces?—Su voz fría hizo eco en aquella habitación, justo atrás de mi espalda

Yo me quedé por un instante quieta "¿Tenia que salir de aquí?"

—Queria saber....sobre lo que pasó con Rhaenys y en aquel lugar—Toque mis manos, mientras volteaba hacia donde ella estaba

Entre la oscuridad, estaba sentada en una de las esquinas. Parecía enojada, normalmente siempre daba esa impresión, parecía que si te acercabas a ella posiblemente y terminarías regañado. Daba incluso miedo

Incluso en estos momentos me daba temor pensar en que es lo que ella se atrevería hacer, ¿Acaso sería igual a Daemon?

—No hubo ningún enfrentamiento de parte de l
Lord Stark, era imposible ganar encontra de esos tres dragones—Su voz hizo que volviera a la realidad, ella me miraba fijamente —Y sobre la princesa.... ella peleo contra todos ellos, jamás retrocedió y murió como todo un targaryen, es lo único que tienes que saber. Esa muerte no fue tu culpa—Parecía leer mi mente, siempre tenia algo correcto para decir—Ella decidió morir de esa forma, todavía le quedaba tiempo para dar la vuelta y venir de regreso, pero no lo hizo

Sus dedos tocar la madera de la silla, daban leves golpes. Era el único ruido que nos dividía

—Creo que eso es algo que tendré que asimilar para cuando esto termine—Me acerqué a ella, desde el último acto que hice hacia ella no volvimos hablar las dos solas, no en un lugar tan íntimo

—Pues te recomiendo que lo hagas, no te vaya a llevará a la locura—Parecía un chiste mal gusto, pero no había ese toque en su voz. Estaba hablando enserió

—No creo que eso sea posible—Me senté enfrente de ella

—Créeme que todo es posible Rhaenyra, solo ten cuidado

—¿Sucedió algo con el lobo?—Me atreví a preguntar con algo de miedo, no quería que se lo tomarán a mal

Ella pensó un poco, tal vez buscando las palabras correctas

—Es un pendejo...—Jamás creí escucharla a ella insultar a su esposo—Como todos los hombres en esta tierra, lo único que saben es procrear y beber. Pero su cabeza es tan diminuta que no pueden pensar bien

Hablo con odio, mientras sus manos se apretaban contra la madera

—No entiendo porque ahora te expresas así de el, cuando hace unas semanas llorabas queriendo que te perdonara—Aquello parecía incomodarle

La Maldición de Valyria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora