La Maldición de Valyria

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MAYARA TARGARYEN.... Creegan estaba estaba parado en aquel campo, el camino hacia a mi de manera amenazadora. Y aquí vamos una pelea nueva, di un largo suspiro y termine de acomodarme mis guantes

-¿Qué haces aquí?,No deberías de estar aquí -El se interpuso en mi camino, llevo su mano al frente y tomo mi hombro queriendo darme la vuelta, como si de un títere se tratara

Quite su mano de manera violenta. Y le di una leve sonrisa, mientras me acercaba más a el

-Vengo apoyar a mi esposo, ¿acaso no puedo?

El gruño y hablo sim importarle si alguien más oía-Te dije que no iba a permitir que fueras, te quedarás aquí y punto

-No pienso discutir, no llegaríamos a un acuerdo y tampoco quiero. Yo soy tu esposa, también el norte es mi pueblo y esta a mi mandó, es mi responsabilidad. Simplemente no me quedare aquí y ver como algunos de mis hombres mueren mientras yo me pongo a beber té, es estúpido-Hable demasiado fuerte, mientras tocaba con las puntas de mis dedos su pecho, tratando de empujarlo pero no logre nada

Los dos nos miramos esperando a que uno bajara la guardia. Cualquiera diría que estas miradas no eran comunes en un matrimonio, los dos parecíamos querer cortarnos la cabeza

El fue el primero en evadir mi mirada después de unos segundos, donde todo se mantenia callado. Los soldados habían guardado silencio, esperando alguna reacción

-Maldita sea, porque los dioses te hicieron tan terca-Maldijo mientras se hacía a un lado

Camine hacia donde estaban todos, no sin antes responderle a mi esposo

-Y a ti tan estúpido, tu fuiste el que decidió casarse conmigo y tu sabias lo que con llevaba esto-Lo último lo dije en tono de reproche, aunque un poco más bajo

Camine hacia donde estaba Rhaenyra, Daeron, Max y Sersi. Mi mirada se poso en Rhaenyra, ella parecía confundida

-Mi reina-Salude de forma respetuosa-Lamento si anoche no la resivi como era adecuado

-Entonces si tuvieron sexo-Sersi no tardo en hablar, sentí su brazo rodear mis hombros -Debieron hacer mucho ruido eh, la última vez dejaron todo destrozado. Eso ya es de preocuparse

Escuche como se quejaba después de decir eso, Max le había dado un codazo mientras la jalaba. Esto ya era incomodo

-No te preocupes Mayara, yo entiendo-Su tono era tímido, debido a la incomodidad. Sus mejillas estaban ligeramente rojas, parecía una adolescente

Solte una risita en mis adentros

-¿Se puede saber que era lo que quería hablar?

-¿Iras a la guerra, porque no ir en Onyx?

Las dos hablamos al mismo tiempo, cosa que hizo que las dos nos callaramos unos segundos. Decidí responder yo primero

-Si iré...-Baje mi cabeza un poco-No esperabas qué dejara a mi esposo ir sin mi. El se llevaría toda la diversión -Trate de aligerar el hambiente, pero a nadie le pareció ya que resivi miradas de represión-Y Onyx, todavía no se encuentra en la mejor condición como para ir a luchar. Aparte Creegan estará en tierra y no se me hace justo

-Claro que es justo y es lo mejor-Creegan me interrumpió, mientras pasaba por nuestro lado

-Como sea, espero volver y encontrarme a todos con bien-Me di la vuelta, antes de poder dar el primer paso ella hablo

-¿Entonces si Creegan tuviera un dragon sería justo para ti?-Ella pareció dudar de sus palabras. Yo me di la vuelta lentamente, mi mirada choco con la de Cregan quien parecía igual de confundido que yo-Espero y el regrese sano y salvo, así podrá igualarte y no te preocuparas sobre si esta en tierra