En un mundo apocalíptico, ser una carguera es lo más importante, ya que su poder les permite crear armas de gran capacidad que ayudarán a los guerreros a acabar con las inimaginables bestias surgidas de las personas corrompidas que no encontraron su...
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Los días empezaron a transcurrir de manera rápida. Las clases avanzaban y yo no entendía nada. No tenía casi amistades y todo era más difícil. Me sentía abrumada.
—Tengo una bestia de categoría A. Es decir, pequeña. Estas puedes varían de un metro a dos metros, y casi nunca llegan a esta altura. Estas bestias pueden ser niños. ¿Alguien me podría decir qué se debe hacer? —Dijo la maestra Pilar.
—Aunque puedan ser niños, no hay que subestimarlos. Toda bestia es peligrosa. —Dijo Laura, una compañera de la clase.
—Exacto. Supongamos que esta bestia es una niña de cinco años con una altura aproximada de ciento diez centímetros. Nuestro guerrero está herido. ¿Qué debemos hacer? ¿Qué arma debo usar? —dijo la maestra mirándome. —Gen aporta algo a la clase.
—Haría el arma que mi guerrero me pidiese. —Dije sin mirarle. Ella suspiró.
—Sí. Pero recuerden que los guerreros suelen dejarse llevar por el poder y ego de estos mismos. Demandan armas que sugieren una gran cantidad de energía y muchas veces son inservibles. Como cargueras no solo es nuestra responsabilidad crear y dar armas. Es ayudar y guiar al guerrero.
Deseaba que esta clase terminara. —Gen. —Llamo la maestra. —Activa tu energía y créame un puñal.
Me tensé. —En unos días materializaremos las armas. Gen, estoy esperando. No puedes poner a esperar a tu guerrero.
Junte mis manos y active mi energía tratando de crear una bola de energía. Esta era de color celeste claro, para darle la forma del puñal, pero esta no tomaba la forma de un círculo perfecto, sino que se comprimía y retorcía. Lo peor era que no era lo suficientemente grande. No estaba en el promedio.
—Suficiente. Llamaré a tu madre. Quiero que todos se dirijan a la biblioteca y busquen información sobre el control y materialización de las armas. Harán un ensayo de mil palabras cada uno "control y materialización". Gen, tú harás mil quinientas palabras.
Recogí mis cosas. Miré cómo la maestra llamaba a mi madre a través de la línea del instituto. Me limité a salir lo más rápido que pude de allí para ir a la biblioteca. Amaba ese lugar ¡Era mágico! Los estantes flotaban al igual que los libros, pero aquello tenía un orden y balance perfectos. Pasaron las horas y veía cómo mis compañeros terminaban sus ensayos.
—¡Aquí estás! —dijo Sian con emoción. —Te gusta mucho este lugar, ¿verdad? —Asentí. —Cuando sea guerrero de categoría especial, te mandaré a construir una biblioteca que sea parecida a esta solo para ti.
—Gracias. —Me quito mis apuntes.
—Típico de la profesión Pilar. Una pérdida de tiempo. —Saco de su bolsillo una pluma. —Escribe y transcribe. — ordenó. —¿Cuántas palabras son?
—Mil quinientas. —Repitió. —Sian ¿No se dará cuenta? —Pregunte preocupada.
—No lo hará. Vamos Gen. No todo es responsabilidad... Gen. No te he visto en acción.
—¿A qué te refieres? —pregunté.
—Ya sabes activando tu energía. Creando alguna arma...
—Lo verás en el momento adecuado. —La pluma dejó de escribir en las hojas. Las tomé organizándolas para entregarlas.
—Vamos a almorzar. Yo te invito.
(...)
—Eres un desastre. —Esas fueron las palabras de mi tutora. —¿Cómo es posible que aún no domines tu energía? ¿Qué tan difícil es hacer esto? —Junto sus manos enseñándome, su bola de energía no era tan grande, pero era perfecta. —¿Dónde estuviste toda la tarde? —preguntó furiosa.
—Con Sian. Fuimos a almorzar, luego a los juegos y, por último, un helado. — me limité a responder.
—En ese caso no me molesto. —Dijo fulminándome con la mirada. —Se ve que es un buen muchacho y será un gran guerrero. Uno de clase alta.
Me debilitaba en consumo de energía, me dejé caer en el suelo. ¿Por qué no era capaz? ¿Qué era lo que estaba mal en mí? Mis ojos poco a poco se empezaron a cerrar.
Me debilitaba en consumo de energía, me deje caer en el suelo. ¿Por qué no era capaz? ¿Qué era lo que estaba mal en mi? Mis ojos poco a poco se empezaron a cerrar.
"Caminaba en una pradera llena de flores, a lo lejos vi a un muchacho, el cual tenía cierto parecido a mi tutora. Este abanicaba su mano en símbolo de saludo. De su brazo se extendió un aura negra, la cual lo consumió todo. Eso se apoderó de él transformándolo en una bestia. Me miraba de manera aterradora"
Me removí sin abrir los ojos. —Gen. ¡Gen! —sentía que me movían bruscamente.
—¿Qué? —dije entre dormida con mi vista borrosa.
—¡Ay, por favor, Gen! —gritó mi tutora. —Te quedaste sin energía, ¡burra! —suspiro. —Alístate, debes ir a tus clases. —Dijo, soltándome bruscamente. —Levántate ya.
—Tuve un sueño. Fue raro. En ese sueño vi un muchacho muy parecido a ti.
—¡Suficiente! ¡No me interesa! Estoy harta. Gen. En estos próximos días será la ceremonia de los siguientes guerreros, en esos está Sian, pronto elegirá a su carguera y solo espero que seas tú. —Me quedé en silencio observando su expresión fría, sin sentimiento alguno.
—¿Cómo vas a pedirme una cosa así? —Dije llevando mi vista al suelo. Agarro mi rostro con fuerza, enterrando sus dedos en mi mentón, boca y mejillas.
—Su madre lo nombrará como líder de los guerreros, ¿olvidas que su madre es parte del concejo de líderes? Si te haces su carguera tendré acceso al concejo y mucho más. Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo y ya. Te aconsejo no fallarme, porque, si no logras ser su carguera para entonces, te arrepentirás de haber nacido.
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Los sueños son señales, mensajes.
¿Qué mensaje habrá querido transmitirle ese sueño a Gen?
¿Será casualidad que ese muchacho se parezca a su tutora?