𝗞𝗶𝘀𝘀 𝗠𝗲, 𝗗𝗼𝗻'𝘁 𝘀𝗮𝘆 𝗻𝗼 - 𝖩𝖺𝗄𝖾 𝖲𝗁𝗂𝗆

Episodio 12

Voy a recuperarte...

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Desperté sintiendo mi cuerpo y cabeza pesados, no recordaba nada de lo que había pasado anoche, ni siquiera recordaba como había llegado a mi habitación. Tome mi teléfono para ver la hora "10:57 a.m" esto era horrible, me había perdidos la mitad de mis clases en la universidad, tendría que hacer horas extras si no quería perder mi beca.

Iba a llamar a Sunghoon para pedirle que me cubriera, pero una llamada de Hana había llamado mí atención ¿Que había hecho anoche? Decidí marcarle para saberlo.

— Shim, ¿que necesitas?

— Oye, estoy viendo una llamada tuya aquí ¿que paso anoche?

— ¿En serio no recuerdas? Bebiste demasiado y me llamaste para que fuera por ti. Tuve que llevarte a tu casa y tú madre te regaño por hacer escandía, tú le gritaste que se callara.

— Vaya, siento mucho los inconvenientes.

— Esta bien, esa fue la ultima vez que voy a ayudarte. No me vuelvas a llamar ni a buscar, no quiero saber nada de ti.

Cuando Hana me colgó recordé la razón por la cual había tomado tanto, no quería aceptar que ella ahora me odiaba ¿como es que pase de odiar su presencia a extrañarla cada segundo de mi vida? Si que daba vueltas la vida. Me levante de la cama y tome una ducha rápida, aliste todo en mi mochila y salí hacía la universidad.

Cuando llegue rápidamente le di una tonta excusa a la encargada de las becas, tendría que salir 4 horas más tarde de lo que normalmente salía. Estuve ayudando en varias áreas de la universidad, hasta que me tocó la de física.

Pensé que habría mucha gente allí, pero para mi suerte solo estaba Hana acomodando la sala.

— Hola – salude algo bajo.

— ¿Qué haces aquí? – preguntó ella dándome la espalda.

— Tuve que hacer horas extras, es todo. ¿En que... te ayudo?

— Recoge todo que haya caído en las mesas, pero ponte guantes por favor.

Me coloqué los guantes y me puse manos a la obra, el ambiente era un poco incomodo. Estaba sumido en mis pensamientos pensando como iba hacer que Hana me perdonara, que no me di cuenta que había un frasco de vidrio.

— Mierda — me queje cuando esté se rompió en mi mano.

— Jake! ¿Estas bien? Te cortaste la mano, espera, quédate quieto.