Todo lo que quiero contigo.

Capítulo 9.

—¡Dashngie! —escuché una voz a lo lejos, acompañada de golpes repetitivos en la madera de la puerta—. ¡Dashngie!

—Ronan, no creo que sea para tanto.

—¡Dashngie!

—¿Cuál es el alboroto? —abrí la puerta de mi habitación, frotándome los ojos con una mano. Mi expresión somnolienta dejaba claro que me despertaron de mala manera, mucho antes de que mi alarma sonara para ir a la escuela.

—Quiero que me expliques qué es esto —la voz eufórica de papá hizo que se me pusiera la piel de gallina, y mucho más cuando mostró la pantalla de su celular.

Se trataba de un vídeo en YouTube proveniente del canal de noticias del país. La reportera hablaba sobre el posible "noviazgo secreto" entre Soarin Storm y una "chica misteriosa", mientras que en las imágenes de la pantalla, justo al lado de la reportera, aparecían varias fotos mías y de Soarin en lo que se suponía que era nuestra cita de ayer.

—¿Qué demonios...?

Mis palabras fueron cortadas en el viento cuando mi celular notificó una llamada entrante. Divisé el nombre en la pantalla, revelando un "Tangamandapio" con unos cuantos emojis algo exóticos, indicando así la llamada entrante de Ophelia. Y sí, no pregunten por qué la tengo agregada de esa manera; mientras más aleatorio sea el nombre, más feliz soy.

—¡Dash! —alejé el celular de mi oreja cuando su voz chillona casi me rompe el tímpano, alargando la "a" a más no poder—. ¿¡Ya viste las noticias!?

—Sí, y mi papá me está esperando con un palo con clavos justo frente a mí ahora —ironizé en un murmullo.

—Eso lo supuse, así que ábreme la puerta ahora mismo y... uys, pero ¿qué ven mis ojos? —se cortó a sí misma para decir aquella última frase.

—¿Qué cosa? —indagué, alzando una ceja, antes de escuchar el timbre de mi casa sonar y ver la expresión de papá, que por cada segundo que pasaba parecía perder la paciencia.

—Tu novio está justo en la puerta de tu casa con unas flores.

—¿Qué?

—¡¡Adiós!! —inmediatamente la llamada se cortó.

Fue un gusto convivir contigo durante dieciocho años, pero creo que si esto sigue así no saldremos vivas.

—Iré a ver quién llamó a la puerta —dijo mamá, apartándose.

—¿Y bien? ¿Qué explicación me tienes para esa noticia que salió en las redes y en la televisión? —el rostro de papá, tan frío y distante, me asustaba. Normalmente él no es así; simplemente me asusta de vez en cuando su sobreprotección.

—Realmente no lo sé, papá. Ni siquiera me esperaba que sucediera eso —tartamudeé nerviosa.

—¡Ronan, cariño, te buscan aquí abajo!

—Esta conversación la terminaremos luego —dicho eso, me dejó sola.

Mis nervios recorrían cada centímetro de mi piel y, aunque traté de conservar la calma, se me dificultó un poco. Decidí entrar al baño, cambiarme rápidamente de ropa y asearme para bajar a desayunar, intentando evadir a mi padre lo más que pudiera.

—Hermana... —Katherine se asomó a mi habitación—. Papá te llama.

—Genial —solté en un jadeo.

—Soarin, Ophelia y otro chico están ahí abajo también.

Giré de inmediato a verla y casi como un ninja pasé por su lado apresurada a bajar las escaleras, topándome con mis tres amigos y mi familia conversando en la sala de la casa.