𝟙𝟞

74 6 1
                                    

𝘐𝘯𝘴𝘵𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘦𝘯 𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝘐𝘯𝘴𝘵𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘦𝘯 𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰


𝐍𝐈𝐍𝐀'𝐒 𝐏𝐎𝐕

Alejandro y yo seguíamos frente a frente, la intensidad en el aire casi palpable. Sus ojos, oscuros y profundos, no se apartaban de los míos. Cada palabra, cada respiración, parecía cargada de una electricidad que solo podía acabar de una manera.

—Eres tan cabezón, Alejandro —dije, cruzándome de brazos, aunque mi voz tembló ligeramente al final.

—Y tú, tan terca como siempre —respondió, dando un paso hacia mí, su tono bajo, casi ronco.

—Si no aprendemos a ceder, esto nunca va a funcionar —dije, aunque mi corazón latía con fuerza.

—¿Y qué quieres que haga, Nina? —preguntó él, casi desesperado—. ¿Que me quede de brazos cruzados mientras otros intentan acercarse a ti?

—Quiero que confíes en mí —contesté, mi voz más firme de lo que esperaba—. Y quiero que dejes de comportarte como si no supieras lo que vales. Alejandro, no tienes competencia. Lo sabes, ¿no?

Él se detuvo un momento, su mirada intensa, y luego negó con la cabeza con una leve sonrisa que no suavizó ni un ápice la tensión que se respiraba entre nosotros.

—Lo dices como si fuera tan sencillo...

Antes de que pudiera responder, Alejandro dio un paso más, acortando esa última distancia que nos separaba. Su presencia llenaba todo el espacio a mi alrededor, y un calor desconocido se apoderó de mi cuerpo. Podía sentir el roce apenas perceptible de su respiración en mi piel. Su perfume me envolvió de golpe: una mezcla de especias cálidas y un toque fresco, como el aire después de la lluvia. Era un aroma que siempre me había resultado irresistible, pero ahora, tan cerca, tenía un efecto casi hipnótico.

Sus ojos descendieron a mis labios con una lentitud que hizo que mi pulso se acelerara. Era como si el tiempo hubiera decidido detenerse justo ahí, en ese instante cargado de electricidad. Un escalofrío recorrió mi espalda, aunque no hacía frío, y sentí un nudo formándose en mi estómago, como si cada célula de mi cuerpo supiera lo que estaba a punto de pasar.

—No sé si esto es lo que debería hacer ahora mismo... —murmuró Alejandro, su voz ronca, temblando apenas, mientras su mano se posaba en mi cintura, tan ligera que apenas parecía un roce, pero lo suficiente como para hacer que mi piel se encendiera bajo su toque.

Mis labios se entreabrieron, queriendo responder, pero mi voz no salió. Lo único que logré decir fue su nombre, un susurro ahogado:

—Alejandro...

Intenté racionalizar, pensar en lo que significaba, pero era imposible con el tacto de su mano, que ahora se afianzaba con más seguridad, atrayéndome hacia él. Mi cabeza me decía que esto era una locura, que debía detenerme, pero mis piernas no se movieron. Mi corazón latía tan fuerte que era lo único que podía escuchar, eclipsando cualquier intento de lógica.

STARBOY [Alejandro Balde]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora