Cap 12:

4 0 0
                                    


ZYON INCLEMENTIA:

Estoy en mi oficina como de costumbre, pero esta vez estoy afilando una navaja que mande a hacer especialmente para mi doctora, pero como siempre me la entregan sin filo yo me encargo personalmente de afilarlos, por el rudo que hace, mi tercer sonido favorito, ya que el primero son los gritos de dolor que sueltan mis víctimas.

Pero puede que cambie cuando escuche gemir a Megan.

Mi teléfono suena, es un número oculto, seguramente es alguien que me quiere contratar para matar a alguien.

-¿Hola?, ¿eres la Mascara? -pregunta una voz grave.

-Soy yo, ¿qué quieres?

-Quiero que mates a alguien y te daré la cantidad de dinero que me pidas.

Vaya, vaya, ya ha cometido un error, ¿qué pasaría si le pido cinco millones de euros?, no podría darme ni la mitad.

-¿A quién tengo que matar? -pregunto intrigado, hace dos años me pidieron que matase a Kaiser, pero termino muerto ese hombre y envíe a Kaiser a matarlo.

-A una mujer que se llama Megan Noreen, quiero que la mates.

Abro los ojos de golpe y mi sonrisa desaparece en menos de un segundo.

¿Quién quiere matar a Megan?, ¿será su padre?

-Me tendrá que dar diez millones de euros si quieres que la mate -digo con voz amenazadora.

-No tengo todo ese dinero, tardaría dos años, te ofrezco tres millones.

-Dame todo el oro del mundo, lo que quieras, pero no la mataré.

-¿Qué?, ¿por qué? -dice indignado.

-Megan Noreen es mi doctora, es mía y no permitiré que nadie la toque. Has cometido un error al decir que la quieres matar, porque despertaste una bestia en mí que solo piensa en matarte -le digo con una voz más grabe y más amenazadora que antes -Le hice una promesa a Megan y la cumpliré -le cuelgo.

Dejo el móvil en el escritorio y levanto la mirada a la puerta, Megan me mira con una ceja encarada. Viste una sudadera mía y un chándal que también es mío, como ella. Tiene el cabello recogido en un moño despeinado y tiene cara de dormida.

La miro con curiosidad, y ella me lanza una mirada de, "no te hagas el tonto"

-¿Qué pasa? -ella se acerca un poco más cruzándose de brazos.

-Lo que pasa es que tus hombres trajeron toda mi ropa menos, mi ropa interior -dice con un tono enfadado.

Suelto una carcajada y le indico que se acerque, ella obedece, pero se detiene a un metro de mí.

Doy unas palmadas en mi regazo indicándole que se siente encima de mí, puedo notar que sus mejillas toman un tono rojizo.

Se sienta encima de mi regazo y yo rodeo su cintura con mis brazos y ella rodea mi cuello con los suyos.

-¿Y ahora llevas ropa interior? -le digo en susurro.

-No -dice con voz temblorosa y no por miedo, sino por vergüenza.

Dirijo mi mirada a sus labios, que los quiero volver a probar, siento que besar esos labios son esenciales para vivir. ¿Oxígeno?, no, sus labios, con eso es suficiente para poder vivir.

Y como ella es mía, pues, el resto se jode. Este monumento es mío, y lo que es mío no se toca.

No me doy cuenta de que me quede mirando sus labios por un minuto completo, la miro a los ojos, me muestran lujuria y deseo.

La MascaraWhere stories live. Discover now