La Mascara

Cap 15:

MEGAN NOREEN:

Al intentar darme la vuelta siento un dolor muy fuerte que me hace soltar una mueca de dolor y subir las caderas, lentamente las vuelvo a bajar, grito mi cabeza y encuentro a Zyon durmiendo sin camiseta boca abajo, y su brazo está encima de mi abdomen, mientras que el otro está colgando en el borde de la cama.

Veo que tiene un tatuaje en la espalda, es u mascara y abajo tiene su apodo. La Mascara.

Intento sentarme, pero el dolor es insoportable.

— Me cago en... — mi maldición es interrumpida por el dolor.

Noto como Zyon comienza a despertar, y al dirigir mi mirada a él, veo que ya se ha dado la vuelta y lo encuentro mirándome, con los ojos llenos de sueño.

— Buenos días — dice, y sonríe al soltar una mueca.

— Días, porque buenas mis nalgas — él suelta una carcajada.

Me pongo de pie, pero cuando comienzo a caminar...

— Que bien caminas — me dice Zyon siguiéndome con la mirada desde la cama.

— Si caminar como el pato donals es caminar bonito... — Zyon suelta una carcajada.

Yo lo ignoro y me acerco al espejo, levanto un poco el short, sintiendo dolor cuando la tela roza mi piel.

Veo que mi culo tiene tonos morados, 15 en total.

Me cago en ti, Zyon. Digo para mis adentros.

— Anda ve a por una crema que está en el baño — dice entre carcajadas, mientras se incorpora hasta quedarse sentado — Tú tráela, yo te la pongo.

Entro al baño y me ducho, la verdad me arrepiento de haberlo hecho por el dolor. Mientras tomo la toalla para secarme se oye un móvil sonar, es el de Zyon, minutos después se pone a reír macabramente aun hablando por teléfono.

— Dime... ¿Qué aras si no lo ago? — dice con tono amenazante — Una persona me pidió lo mismo, y ahora tengo a mis hombres buscando por todo el mundo.

Después de un buen rato, cuelga y yo me termino de vestir, cuando coloco la mano en el manillar de la puerta la voz de Zyon me detiene.

— Tú, como espía, eres pésima — salgo con el ceño fruncido, mostrándome enfadada.

— Pensaba que... — ¿y yo ahora qué le digo?

— Si yo no quiero que te enteres de algo, me alejaría tres casas de ti. Y todo lo que quieras saber te lo diré — me apoyo en el marco de la puerta cruzando los brazos y levanto la barbilla con confianza.

— ¿Quién es "él"?

— Eso sí que no es de tu incumbencia — levanto las cejas y le lanzo una mirada de "lo sabía"

Intento caminar hacia la puerta, pero me detengo en seco por el dolor, haciendo que Zyon suelte una carcajada tan adorable que no puedo enfadarme. Sí, acabo de llamar a un psicópata asesino adorable, ¿y qué?

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Hoy paso de salir, no quiero que me vean caminar como pato, y además que por la noche no dormí nada, y eso es lo que voy a hacer ahora aprovechando que el dolor ha disminuido gracias a la crema.

Entre abro un poco los ojos, ¿qué hora es?

Distingo una pequeña línea de luz que entra de las cortinas, que no llegan a cerrar bien.