8
Camine hacia la puerta para ir a ver a Raquel tal como se lo prometí.
Llegando a la Facultad Raquel se le saltaron las lágrimas al verme toda lastimada.
-¡Mei!..... Estas toda golpeada, tenemos que ir a la enfermería.
-No Raquel estoy bien, es solo un golpe insignificante.
La verdad es que si me sentía fatal no solo por los golpes de esa loca de Diana, sino también porque nunca en la vida había golpeado a nadie y eso me mantenía en un estado leve de sock. A lo lejos veía que Emiliano caminaba hacia mí y pensándolo mejor le dije a Raquel.
-Mejor si, vamos a la enfermería, de repente he empezado a sentirme un poco mal.
Llegamos a la enfermería y de inmediato nos atendieron, Raquel se quedó afuera porque se lo pedí, no quería que me viera llorar.
Al salir, de la oficina de la enfermera ya curada con un par de curitas en la mejilla derecha y un papelito que cubría la partidura de mi boca, hay estaba Emiliano creo que algo le preocupaba, pero lo menos que quiero y necesito es hablar con él.
Salí de la enfermería y atrás de mi venia Raquel y por lo consiguiente Emiliano.
-Mei, espera- Dijo Emiliano
Yo seguí caminado e hice como que no lo escuche
-Mei, por favor
Raquel le puso la mano en el hombro y eso lo hiso detenerse, yo lo único que quería era desaparecer y como pude lo hice.
-Raquel no te interpongas, déjame seguirla
-¡No! Emiliano, si no quieres que ella te diga algo de lo que a lo mejor se arrepienta después, no la sigas
-Raquel necesito una explicación, ella no puede ir por la vida pegándole a la gente así por que sí..
-Emiliano, Mei nunca en la vida le ha pegado a nadie, estoy segura que ella estaba más asustada que Diana, además fue ella la que fue a buscarla a la salida de clases, Mei trato de irse pero ella no la dejo, cuando Diana le lanzo una cachetada ese golpe fue a dar a mi rostro, Mei se molestó y en ese momento me pedio que fuera y yo lo hice, porque estaba muy asustada y fue hay que Mei me defendió y luego tú la viste golpeando a Diana.
La cara de Emiliano ya no era de molestia ni de preocupación, era de vergüenza, se lo merece por haberme juzgado mal.
-Raquel, eso que me estás diciendo es verdad
-Claro que si Emiliano, yo no tengo por qué mentirte
Emiliano salió corriendo con la esperanza de encontrarme pero yo ya no estaba cerca.
Cuando iba subiendo a mi alcoba me desplome de golpe, estaba muy cansada, física y emocionalmente, no quería ver a Emiliano, me lastimaba su falta de tacto y sobre todo que se haya preocupado más por Diana que por mí.
Han pasado ya dos semanas desde el incidente con Diana, Emiliano me ha llamado sin parar y me ha llenado el buzón de mensajes.
He llorado tanto que mis ojos están enrojecidos, pero era la única manera que encontraba para poder sobrellevar este dolor y lo mejor era que después de tanto llorar me quedaba profundamente dormida.
Ya eran casi las 7 de la noche ya estaba cansada del encierro en mi casa, así que decidí salir un momento a tomar aire y a despejar mis ideas.
Empecé a caminar por la acera del callejón iluminado por las lámparas, sin rumbo fijo.
Bs{ǀb