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Siempre me ha gustado ver las estrellas, pero sin Fausto ya no son lo mismo. Mis amigos dicen que soy una masoquista al recordarlo después de lo que me hizo, pero la verdad es que es muy difícil arrancarlo de mí.
En la universidad siempre era igual, de mi casa a clases y de las clases a mi casa me comportaba como la típica matadita alumna de muisca que quiere ser la mejor
-Hola Mei
-Hola Raquel –Hola Diego
-Cómo estás?? Hiciste el deber de solfeo??
En ese momento mi cara empalideció e hice una mueca como de dolor supongo. Ya que Raquel y Diego se quebraban de la risa.
-No!!! Había tarea??
-No.. es una broma.. dijo Raquel.
Quería matarla pero me las aguante y me eche a reír también.
-Son muy malos, un día de estos me mataran de un infarto.
-Hassshh.. Mei no exageres.. dijo Diego
La relación de Raquel y Diego era algo que yo envidiaba, se amaban, se cuidaban y hacían todo lo que implicaba tener una relación. Eran tan lindos juntos Raquel hablaba tonterías de las cuales las dos reíamos mientras que Diego no entendía nada, y nos miraba con su cara descompuesta. Su cara me hacía reír hasta llorar más que las tonterías que decía Raquel.
Al ingresar al aula de clases, como siempre hablábamos como loros hasta que llegara la profesora, ese era nuestro pasatiempo favorito.
Terminadas las clases, salíamos de la universidad íbamos directo a la salida como zombies, creo que para los demás era muy divertidos vernos caminar así y para ser sincera para mi también era algo muy gracioso.
-Mei, vámonos en ese carro que estoy muy cansada... dijo Raquel
-Claro, deja compro los boletos
Siempre nos sentábamos juntas, pero desgraciadamente no se pudo solo había dos asientos vacíos pero en diferentes lugares.
Nos sentamos y en ese momento comenzó a dar un giro de 180 grados a mi vida.
-Hola... dijeron
Pero no escuche tenia los audífonos en mis oídos y no escuche nada
-Hola... insistieron
Cerré mis ojos y a los pocos segundos sentía como unas manos sacaban con delicadeza los audífonos de mis oídos.
-Si.. dije
-Hola... musito
-Hola???
-Cómo te llamas??
-Para que quieres saber cómo me llamo??
Con una sonrisa me dijo
-Por qué me gustaría saber cómo te llamas
Con cara de muy pocos amigos gire mi cuerpo hasta que mi cara hasta quedar con la mirada hacia el pasillo. No entendía como una persona podía ser tan insoportable.
-Oye!! No me vas hablar, es de mala educación dejar con la palabra en la boca a una persona.
Eso me hizo sonreír. Pero con muy pocas de hablar musite
-Me llamo Mei.. Contento??
-Si... ahora si ya lo estoy..
Era un chico muy extraño, me dieron muchas ganas de saber su nombre, pero mejor mis audífonos en mis oídos otra vez y escuche mi canción favorita
Sin percatarme de nada me había quedado dormida y despertándome de golpe me di cuenta que ya había llegado a mi destino. El chico estresante seguía hay pero con la diferencia de que iba dormido.
Desperté a Raquel que como siempre que iba en brazos de Morfeo, y cuando estuvimos a punto de salir del carro con unas ganas incontrolables de dejar hay al chico estresante, lo pensé mejor y regrese a despertarlo y con una gran palmada en el hombro le dije.
-Dormilón, despierta.
-Sus ojos se abrieron poco a poco. No me había fijado pero sus ojos eran azules como el cielo, son hermosos. Pero sacudí mi cabeza y dejando mis pensamientos de lado dije.
-Tendrás que pagar de nuevo, si quieres dar otra vuelta.
Y con una sonrisa en los labios me dirijo hacia donde estaba Raquel y nos fuimos a nuestras respectivas casas.
Llegando a mi casa deje mis cosas en mi recamara y trepe al techo, estar haya arriba me relajaba y así podía pensar mejor. Comencé a cantar la canción de Bruno Mars when i was your man, esa canción me gustaba mucho, al levantar mi cabeza vi a lo lejos que alguien caminaba hacia mi casa pero lo deje de lado y seguí cantando, hacerlo me llenaba de confianza y de positivismo y cabe recalcar que eso era algo raro en mí.
Cuando termine de cantar escuche unos aplausos y curiosa me asome y vi que era el chico estresante del carro ... y dije
-Que?? Me estas siguiendo??
Creo que le ido gracia lo que mencione y dijo.
-No, yo vivo enfrente soy tu vecino
Lo mire con cara de asombro. ¿Cómo podía ser que el fuera mi vecino y yo no me haya dado cuenta?
-Desde cunado vives hay?
-Desde hace 10 años
-¿!!10 años¡¡??- grite, nunca te había visto
Riéndose dijo.
-No me extraña que te sorprendas, ya que cada vez que te saludo tienes los audífonos en los odios y no me escuchas.
-Haaaa lo siento
-No hay problema. A por cierto cantas muy bien
-Gracias
-Bueno me tengo que ir. Adiós
-Adiós
No sé por qué esa despedida calo tanto en mí que ya no pude seguir cantando.