One Shots (Emo Trinity)

Aun Te Pienso (petekey)

Pete se recargó contra la pared del camerino, sosteniendo su teléfono con ambas manos. La notificación seguía ahí, fija en la pantalla, como si estuviera esperando que hiciera algo. No era un mensaje de Mikey, claro que no. Sólo un recordatorio estúpido de las fotos que se habían tomado juntos hace un año. Una de esas que Google envía para atormentarte con lo que solías tener.

El eco del show todavía retumbaba en su pecho; las luces, los gritos, la energía del público. Pero todo eso no servía para llenar el vacío que lo consumía. No servía para borrar a Mikey.

Se dejó caer sobre el sillón desgastado, pasando un dedo sobre la imagen en la pantalla. Mikey estaba sonriendo en la foto, con esa sonrisa pequeña y apenas perceptible que sólo él sabía captar. Llevaba una chaqueta que Pete le había prestado, porque Mikey siempre tenía frío. A veces se preguntaba si todavía la tendría, si todavía pensaba en él aunque fuera un poco.

Pete suspiró y dejó el teléfono a un lado, cerrando los ojos. Las palabras de una canción que no había terminado de escribir comenzaron a formarse en su cabeza, como siempre pasaba cuando pensaba en Mikey.

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"Día con día nada cambia, pero nada es igual si miro atrás."

Habían sido años intensos, de esos que parecían durar siglos y al mismo tiempo, segundos. Pete recordaba las madrugadas en las que Mikey y él se sentaban en el suelo de algún cuarto de hotel, compartiendo cigarrillos y risas. Mikey hablaba con calma, siempre escogiendo sus palabras con cuidado. Pete, en cambio, hablaba rápido, como si tuviera miedo de que se le acabara el tiempo.

Mikey siempre lo escuchaba. Eso era lo que más le dolía. Cómo Mikey lo escuchaba con una paciencia infinita, con una mirada que le hacía sentir que todo estaba bien, incluso cuando sabía que todo estaba mal.

"Quizás tú me pienses también cuando estás solo en tu hotel."

¿Lo pensaría Mikey cuando estaba en otro lugar, con otra gente? ¿Lo recordaría cuando se quedaba solo, cuando las luces se apagaban y no había más ruido que el de sus pensamientos? Pete quería creer que sí, aunque sabía que probablemente no era cierto.

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"Ojalá te traten lindo en donde sea que trabajas."

Cuando Mikey había decidido terminar con todo, Pete no se lo había creído al principio. Habían peleado, claro, como siempre lo hacían, pero nunca pensó que Mikey realmente lo dejaría. Pero lo hizo.

Ahora, Pete sólo podía imaginarlo en su mundo nuevo, lejos de él, construyendo una vida que ya no lo incluía. Lo imaginaba sentado en una sala con su banda, riendo con Gerard, o en casa, con alguien más que le hacía sentir cosas que Pete ya no podía.

"Ojalá te trate lindo el que te espera en tu casa."

El pensamiento lo apuñaló en el pecho, una y otra vez. Porque aunque lo odiara, aunque quisiera maldecirlo y borrarlo de su memoria, sabía que nunca podría. Porque aún lo pensaba.

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La puerta del camerino se abrió de golpe, y Patrick asomó la cabeza.

-Hey, ¿estás bien?

Pete abrió los ojos y se esforzó por sonreír, aunque no estaba seguro de si lo logró.

-Sí, sólo... pensando.

Patrick lo miró por un momento, con esa mirada que sabía que lo veía todo. Pero no dijo nada más. Sólo asintió y cerró la puerta detrás de él, dejando a Pete solo de nuevo.

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"Mi corazón recita estas palabras en silencio, como el viento."

Pete agarró el teléfono de nuevo y miró la foto por última vez antes de bloquear la pantalla. No podía seguir así. No podía seguir hundiéndose en lo que ya no era, en lo que nunca sería. Pero incluso mientras lo pensaba, sabía que no era verdad.

Sabía que seguiría escribiendo canciones sobre Mikey, canciones que él nunca escucharía. Sabía que seguiría buscando su sonrisa en otros rostros, su voz en otros susurros.

Porque, por más que quisiera olvidarlo, sabía que nunca podría dejar de pensar en él.

"Aún te pienso."