Semanas habían pasado, Sergio cada vez se sentía más cansado, pero no entendía el por qué, el aún era joven, su memoria fallaba en repetidas ocasiones, pero se negaba a recibir atención de un profesional, el tiempo seguía pasando y la situación de checo solo empeoraba.
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— Mamá, déjame ayudarte. — Penélope y Sergio habían ido al jardín, la pequeña quería algunas flores
— No es necesario, Penélope, yo puedo hacerlo... — Recién había terminado la frase, Sergio cayó al piso
— ¡Mamá! — La pequeña gritó, pero Sergio estaba desorientado, gotas de sangre salían de su nariz — No te muevas, puedes lastimarte. — Rápidamente la pequeña corrió hacia adentro de la mansión, y Max al escuchar el alboroto de su hija, no pudo evitar alterarse
— ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes sangre en las manos? ¿Estás herida? — Max trataba de encontrar respuesta
— Está... Está tirado en el piso, tiene sangre — Max solo abrazó a Penélope, tratando de calmarla
— ¿Quién? — Preguntó tratando de sonar tranquilo para no asustar más a P.
— Mamá... — Al oir eso, Max sujetó a la pequeña, cargándola como cuando era una bebé
— ¿¡Dónde está!? — Penélope solo pudo señalar el pasillo que dirigía al jardín y Max comenzó su camino a ese lugar — Sergio... — Todo estaba en silencio, Penélope bajó de los brazos de su padre
— Ven... — Tomo su mano y caminaron a dónde estaba Sergio, pero al llegar el ya estaba inconciente
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— El olor es extraño, esto no se siente como mi cama, hace frío... — Checo comenzó a despertar, pero todo se sentía extraño
— Papá... Está despertando — Pudo escuchar una linda voz, era la de su pequeña princesa
— Busca un doctor, Penélope. — Luego otra, esa era la de Max
— ¿Max? — Al fin abrió los ojos, y una figura borrosa estaba frente a él
— Tranquilo, ya vendrá alguien — Max acarició el cabello de checo
— Hola... — Una voz que no reconocía se hizo presente y entonces vió donde estaba
— ¿Hola? Max... — Sergio tomó la mano del mencionado
— No despertabas, así que lo mejor fue traerte a un hospital — Pronto Penélope regresó, pero se quedó a lo lejos viendo a su madre
— La pequeña dice que usted ha tenido algunos problemas para recordar cosas simples, y no solo eso, también ha perdido peso — Aquel médico mostró unas hojas con algunas preguntas escritas — Póngase de pie, tiene que venir conmigo, le haré unas pruebas — No tenía opción, se levantó y caminó detrás del doctor, solo fueron unos metros, hasta llegar a una oficina, donde aquel le pidió tomar asiento frente al escritorio
— ¿Qué tipo de pruebas? — Preguntó, no le molestaba, pero quería asegurarse de hacer las cosas bien
— Tome, le daré treinta minutos para completar todo — El médico puso aquellas hojas frente a Sergio — Son cosas básicas, no es nada del otro mundo. — aquellas hojas tenían preguntas simples, como por ejemplo de matemáticas, otras que simplemente eran lo más fácil, pero Sergio... Ni siquiera recordaba porque estaba ahí
— ¿Solo esto? — trató de fingir que todo estaba bien
— Sí, puede comenzar. — Sergio comenzó a responderlas con lo que recordaba, pero antes de culminar, una pregunta lo hizo detenerse.
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Toma y bebe de mí, aún te amo.
Random"Hasta que la muerte nos separe" Pero ni ella podrá acabar con su amor.