Vivir por gloria

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El suave sonido del viento golpeando la ventana fue lo que te despertó aquella mañana

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El suave sonido del viento golpeando la ventana fue lo que te despertó aquella mañana. Abriste los ojos lentamente, con una sensación cálida que parecía haber estado contigo incluso en tus sueños. Te estiraste antes de levantarte, y tras lavarte la cara y cepillarte los dientes, te cambiaste a un conjunto deportivo cómodo.

Al bajar las escaleras, te encontraste con una escena que, aunque cotidiana, esta vez se sentía distinta. Katsuki estaba en la cocina, concentrado en preparar el desayuno como siempre, pero había algo diferente en el aire. Tal vez era la tranquilidad en su expresión o el simple hecho de que, por una vez, no estaba gruñendo contra nadie.

—Buenos días, Katsu —saludaste con una sonrisa, sintiendo una calidez inusual en tu pecho.

Él volteó brevemente hacia ti, su ceño apenas fruncido, pero con un brillo tranquilo en sus ojos.

—Hmph. Siéntate, ya casi termino.

Obedeciste sin cuestionar, ocupando tu lugar en la mesa mientras lo observabas moverse por la cocina. Había algo casi hipnótico en la manera en que trabajaba, como si cada movimiento estuviera perfectamente calculado. No podías evitar sonreír como una tonta al mirarlo, pero disimulaste rápidamente cuando regresó con tu plato.

—Aquí tienes. No te quejes.

—¿Por qué me quejaría? Siempre cocinas bien. —Tomaste el tenedor, probando un bocado y asintiendo con aprobación.

Él soltó un resoplido, pero pudiste notar el leve sonrojo en sus orejas.

El desayuno transcurrió en un silencio cómodo, roto solo por los comentarios ocasionales que intercambiaban.

—¿Dormiste bien? —preguntó de repente, sin mirarte directamente.

—Sí, ¿y tú? —respondiste, sorprendida por su tono despreocupado.

—Meh, supongo.

Sonreíste ante su típica manera de evitar respuestas directas, pero había algo casi dulce en su actitud relajada. Mientras seguían comiendo, sus interacciones no pasaron desapercibidas para el Bakusquad, que observaba desde la distancia.

—¿Qué demonios pasa con esos dos? —murmuró Kaminari, inclinándose hacia Mina.

—Es raro... pero de alguna forma... se ven bien juntos —respondió Mina con una sonrisa traviesa, mirándolos con interés.

—No es tan raro —interrumpió Kirishima, apoyando su barbilla en la mano. —Si lo piensan, ambos tienen mucha química.

Sero dejó escapar una risita.

—¿Química o tensión? Porque yo diría que hay un poco de ambas.

Mientras tanto, tú y Katsuki seguían inmersos en su pequeño mundo.

—Por cierto, ¿qué harás hoy? —le preguntaste casualmente, sin dejar de comer.

—Entrenamiento. ¿Y tú? —respondió con desinterés aparente, pero su mirada parecía atenta.

𝓻𝓸𝓪𝓭𝓼 ( Bakugou Katsuki y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora