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_____ Todoroki es hija del respetado ministro de justicia, Keiji Todoroki, y de una heroína retirada conocida como Llama Estelar, famosa por su habilidad para controlar el fuego y la luz. Aunque su vida parece perfecta, llena de tranquilidad y ro...
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El murmullo constante de teclas y el suave rasgar de tijeras llenaban el aula mientras todos trabajaban en sus proyectos. La luz del sol se filtraba por las ventanas, iluminando las mesas llenas de papeles, marcadores y recortes dispersos. Estabas sentada frente a la computadora, escribiendo rápidamente mientras las ideas fluían una tras otra.
—"El rescate en áreas de desastre debe priorizar la evaluación del terreno antes de intervenir..." —murmuraste mientras tus dedos bailaban sobre el teclado.
—Tch, esa parte está bien, pero podrías agregar algo sobre el riesgo de explosiones secundarias —comentó Katsuki, apoyando un brazo en el respaldo de tu silla y leyendo por encima de tu hombro.
Giraste apenas el rostro para mirarlo y sonreíste.
—Buena idea, guapo —Tus ojos brillaban con diversión al ver su ceño fruncido por el apodo, pero no dijo nada.
—Hmm... También podrían mencionar los rescates subacuáticos —agregó Shinsou desde el otro lado de la mesa, su voz tranquila pero firme, hace unas semanas se integro a la clase A, fue sopresivo, pero un nuevo gran integrante, que rapidamente fue "adoptado" por Denki, era el tipico caso de un extrovertido que adopta a un introvertido.
—¡Perfecto! —dijiste, escribiendo rápidamente mientras asentías—. Gracias, Shinsou.
—No hay problema. Esto es más entretenido de lo que pensaba —dijo él, esbozando una leve sonrisa.
En la mesa contigua, Denki y Mina estaban en su propio mundo. Denki sostenía una revista de héroes y hacía caras dramáticas mientras Mina reía a carcajadas.
—¡Mira, Mina! ¡Este podría ser mi traje de héroe del futuro! —Denki levantó una imagen de un traje con luces brillantes y accesorios exagerados.
—¡Denki, pareces una bola de disco! —Mina soltó otra carcajada, inclinándose hacia adelante mientras golpeaba la mesa.
—¡Ya basta, Denki! —gruñó Kirishima, cortando una imagen con concentración—. No podemos terminar si sigues distrayéndonos.
—¡Sí! —Sero levantó las tijeras con exasperación—. ¿Quién nos puso a nosotros a cortar todo esto?
—Ustedes dos dijeron que eran buenos para manualidades —respondió Mina con una sonrisa inocente.
—Nos tendieron una trampa... —murmuró Kirishima, sacudiendo la cabeza.
Mientras tanto, Katsuki dejó escapar un suspiro frustrado al escuchar el caos que reinaba en la mesa de al lado.
—Idiotas... —masculló, pero su tono era menos severo de lo habitual.
—No te quejes, sabes que les tienes cariño —bromeaste, dándole un pequeño codazo en el costado.
Katsuki rodó los ojos, pero una sonrisa apenas perceptible apareció en sus labios.
—Termina de escribir eso, princesa. No quiero estar aquí todo el día.