𝟒

112 29 5
                                    

Después de aquella noche, todo cambió para Gojō; ahora había alguien por quien vivir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de aquella noche, todo cambió para Gojō; ahora había alguien por quien vivir.

Las flores de cerezo están a punto de florecer, embelleciendo todo a su alrededor.

Intentó mantener su vida en un estado de normalidad, permaneciendo junto a Suguru y comportándose con regularidad en el instituto. Sin embargo, su cuerpo y mente parecían estar desconectados. Los pensamientos lo abrumaban al evocar la imagen de aquel niño, y su corazón palpita al solo recordar aquella expresión tan enojada pero a la vez dulce. Se impuso una barrera para no regresar a esa casa, evitando a toda costa escuchar a su amigo invitarlo, respondiendo que estaba ocupado con otros asuntos.

-¿Estás bien? He notado que suspiras con frecuencia- preguntó, reclinándose sobre su pupitre.

-No me pasa nada-esbozando una sonrisa, contento de que le preocupara.-¿Qué te parece si luego vamos a jugar a los bolos?

-No puedo, debo recoger a Megumi.

-¿Y tus padres?-expresó con molestia, incomodado por el hecho de que, siendo aún un adolescente, le dejaron a su cargo la responsabilidad de cuidar al niño.

-Trabajó, bla, bla. Las mismas excusas-respondió, esforzándose por mantener la compostura. Sus padres no eran precisamente unos modelos a seguir, ya que siempre estaban ausentes del hogar.

-Por eso no todos deberían ser padres -se dijo a sí mismo.
-¿Puedo acompañarte por Megumi-chan?.

Evitarlo no hará que su corazón se serene; por el contrario, la falta de contacto se convierte en una agonía. Esa simple voz infantil le eriza la piel por completo.

-Pero yo iré en bus, ¿estás seguro?-se acomodó en su pupitre.

-No, vamos en mi auto-sacó la lengua. Le molestaba tener que compartir su espacio con alguien desconocido.

-¿Y la humildad?-rió, dándole un golpe a su pupitre.

-¿Acaso alguien ha vivido más por ser bueno?-se encogió de hombros, mostrándose arrogante.

-Supongo que tienes razón, pero baja un poco tus expectativas, reina de belleza.

-No todos tienen la suerte de vivir como yo. Lo mínimo que puedo hacer es gastar dinero.

-Satoru, siempre eres tan divertido.

Lo abrazó, haciéndolo caer en su silla, como si fuera un conejito negro. Hasta que se escuchó el regaño del profesor.

-Ustedes dos, los novios del salón, ¿podrían prestar atención a mi clase?-bromeó el profesor, dándoles un golpecito en la cabeza a cada uno con una regla de madera.

-Me duele la cabeza-tocó su cabeza y dándose un masaje, mientras lanzaba una mirada fulminante al mayor.

-¿Qué dice, profesor? Satoru y yo somos amigos. Nunca sería algo más entre nosotros. A menos que se trate de una mujer-soltó, ofendido por la broma, ya que para él no tiene nada de gracioso. El simple hecho de ver a dos hombres juntos le provoca un profundo desagrado, y mucho más si se sugiere que podría ser parte de eso.

𝑇𝐼𝑀𝐸 𝑊𝐼𝑇𝐻 𝑌𝑂𝑈 ★ 𝑮𝒐𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora