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Un domingo espléndido

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Un domingo espléndido. El albino se encontraba sin ocupaciones, ya que en su mansión siempre estaba solo. Sin la compañía de sus progenitores, el único sonido que lo rodeaba era el de los zapatos de charol de los sirvientes cruzando de un lado a otro, organizando diferentes objetos. También se escuchaba al jardinero tarareando una melodía mientras cortaba algunas rosas para embellecer la mansión. Todo resultaba tan monótono.

Ese beso, tan inocente y puro, lo ha desvelado en las últimas noches. Se siente tonto por no poder evitar recordarlo.

-¿Estarás en casa por la tarde?- mensaje enviado a las 12:15.

Almorzando en su habitación, ¿cuál es el sentido de hacerlo en la gran mesa si se está solo?

-Claro, ¿por qué lo preguntas?-12:17.

-Me gustaría ir a visitarte-12:18.

-Puedes venir, Satoru. Después de todo, eres mi mejor amigo y mi casa es como la tuya-12:20.

-Okey, llevaré una sorpresa-12:21.


Reunió los objetos que llevaría como sorpresa en una mochila y abrió su amplio ventanal, permitiendo que entrara el aire fresco del mediodía. Se sentía emocionado y, al mismo tiempo, algo nervioso.

Las horas que restaban para llegar a la casa de su mejor amigo transcurrían rápidamente. Cuando se dio cuenta, ya estaba tocando el timbre en su hogar.

-¿Desde cuándo eres puntual?-bromeó al saludarlo, haciéndose a un lado y dejándolo pasar.

-Ahora soy un hombre hecho y derecho-respondió a la broma, mientras se quitaba la mochila de la espalda.

-Y yo soy Henry Cavill.

Ambos se acomodaron en el sofá de la sala. La casa siempre se mantiene en un estado impecable, ya que Suguru es sumamente cuidadoso; no tolera la suciedad ni el olor a desechos, mostrando una verdadera obsesión por la limpieza. El ambiente se impregnaba únicamente de aroma a alcohol isopropílico, lavandina concentrada y desodorante de pino.

A medida que transcurren los minutos, su mirada se desplaza hacia los lados, en busca de su angelito, que aún no ha aparecido ante él. Se cuestiona si realmente está presente, pero no se atreve a preguntar, pues en cada tres palabras que intercambia con Suguru, una de ellas es acerca de Megumi.

-Cierto, ¿y esa chica rubia?

Se refiere a una estudiante de un año superior que últimamente no deja de observar al albino. Suguru se percató de esto y se lo comentó a su amigo.

𝑇𝐼𝑀𝐸 𝑊𝐼𝑇𝐻 𝑌𝑂𝑈 ★ 𝑮𝒐𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora