Kim TaeHyung nunca se hubiera imaginado que el lugar donde soñaba convertirse en una estrella también sería el lugar donde encontraría el amor en todas sus facetas, uno que lo llevaría en un vaivén de emociones de locura, desenfreno, deseo, desesper...
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Seokjin no podía dejar de mirar a Taehyung, su corazón latiendo con emoción. Cada vez se convencía más de que Taehyung podría sentir lo mismo. La declaración de Yoongi había sido la chispa que había encendido la esperanza en su pecho.
Para estar seguro, Seokjin decidió probar suerte. Se acercó a Taehyung, su cercanía haciendo que el aire se llenara de tensión.
—¿Necesitas algo, Jin? —preguntó Taehyung, su voz baja y suave.
Seokjin sonrió, su mirada coqueta. Comenzó a jugar con el borde de su manga, su dedo rozando el brazo de Taehyung.
Taehyung se estremeció, su rostro sonrojándose. Seokjin vio cómo su sonrisa tímida se formaba en sus labios.
— ¿Es posible que realmente sienta algo por mí? — pensó Seokjin, su corazón saltando de emoción.
Seokjin continuó provocando a Taehyung, su cercanía haciéndolo sentir vivo. Taehyung no se alejaba, sino que se quedaba allí, sonriendo y mirándolo con ojos brillantes.
— Esto es buena señal— pensó Seokjin. — Creo que realmente le gusto.
Decidió confesarse, pero cuando estuvieran a solas. No quería que Yoongi o Jimin intervinieran en ese momento tan íntimo.
—Nada, Tae —dijo Seokjin, su voz baja y sensual. —Solo quería asegurarme de que estás bien.
Taehyung asintió, su mirada aún fija en Seokjin.
—Estoy bien, Jin —dijo Taehyung. —Gracias.
Seokjin sonrió y se alejó, su corazón latiendo con emoción. Sabía que pronto confesaría sus sentimientos y vería la reacción de Taehyung.
Después de algunos días, de más toqueteos y miradas entre ambos. Taehyung se aventuro a hacer algo para estar a solas con Seokjin, ya que últimamente siempre aparecía Jimin, Jungkook o alguno de los miembros a interrumpir la atmosfera entre él y Seokjin.
Seokjin se estaba bañando, el agua caliente relajando sus músculos, cuando de repente golpearon a su puerta con fuerza y urgencia.
— ¿Qué pasa? — pensó Seokjin, asustado.
—¿Jin? —escuchó la voz de Taehyung—. Es urgente.
—Estoy bañándome, Tae —dijo Seokjin.
—Por favor, déjame entrar —rogó Taehyung.
Seokjin se sintió intrigado y un poco nervioso. ¿Qué podría ser tan urgente?
—Está bien —dijo Seokjin.
Abrió la puerta y se encontró con Taehyung en boxer, su cuerpo atlético y tonificado a la vista.
Seokjin se sintió ruborizado y trató de no mirar, pero no pudo evitarlo.
