Kim TaeHyung nunca se hubiera imaginado que el lugar donde soñaba convertirse en una estrella también sería el lugar donde encontraría el amor en todas sus facetas, uno que lo llevaría en un vaivén de emociones de locura, desenfreno, deseo, desesper...
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Tae se recostó en el sofá, cerrando los ojos mientras recordaba el momento de su primer beso con Jin. La habitación estaba en silencio, solo interrumpida por el tic-tac del reloj en la pared.
— Recuerdo la sensación de sus labios en los míos — pensó Tae, una sonrisa se dibujó en su rostro. — Eran suaves, cálidos... y tan dulces.
Tae se estremeció al recordar la forma en que Jin lo había abrazado, su cuerpo cerca del suyo, su calor irradiando hacia él.
— Me sentí vivo — pensó Tae. — Me sentí como si nada más importara.
La memoria de la mirada de Seokjin antes del beso flotó en su mente. Ojos almendrados, llenos de deseo y vulnerabilidad.
— Me miró como si yo fuera el único en el mundo — pensó Tae, su corazón latiendo más rápido.
Tae se levantó del sofá, caminando hacia la ventana. Miró hacia afuera, la noche oscura y silenciosa.
— Quiero sentir eso otra vez — Un suspiro escapó de sus labios. — Lo triste es que nuestra relación está en lo oculto, como si fuera algo malo — una punzada de dolor en su corazón. — Pero lo mejor para la banda es que sea así. La prensa, los fans... no podemos arriesgarnos a que nuestra relación afecte la imagen de BTS.
Taehyung suspiró, recordando los momentos en que Jin se distanciaba de él en presencia de los demás.
— Sin embargo, Jin tiende a ser muy frío cuando están los demás chicos — una sensación de soledad invadiendo su pecho. — Se que no podemos demostrar, pero a veces su postura rígida ante los demás cuando estoy cerca me hiere.
— ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué no podemos ser libres de amarnos sin temor a las consecuencias?
— Jin — susurró, su voz apenas audible. ¿Cuánto tiempo más tendremos que ocultar lo que sentimos? Son pocas las veces que podemos vernos a solas. Pero cada segundo que paso con él es como un regalo.
La memoria de las caricias de Jin flotó en su mente, enviando escalofríos por su espalda. Sus dedos en mi piel, su calor, su ternura... me hacen sentir vivo — pensó Taehyung, su corazón latiendo más rápido. — Y luego estaban los besos. oooh, esos besos. Acaramelados, dulces, apasionados — susurró cerrando los ojos. — No sé cómo terminará esto que empezó sin que lo hubiéramos imaginado — pensó con una mezcla de emoción y nerviosismo en su pecho. — Pero sé que ya no hay vuelta atrás. Cada día me gusta más.
Un sentimiento de vulnerabilidad invadió su corazón.
— Me siento desnudo ante él, expuesto, vulnerable. Pero al mismo tiempo, me siento seguro, protegido, amado.
Por su parte Seokjin también meditaba en su relación con Taehyung.
