Cenizas (Hades x Maléfica | Hadeficent)

Juego pt. 2

El equipo de Hades había tomado la delantera desde el primer momento gracias a la experiencia de Ben, la rapidez de Hades, el ingenio de Carlos y las habilidades marciales de Jay. Sin embargo, cuando las dos mujeres entraron en el equipo contrario la balanza se equilibró. Los Fighting Knights de Auradon tenían la habilidad, pero Lonnie tenía los movimientos que no sólo igualaban a Jay, sino que lograba neutralizarlos.

El trigueño por supuesto no se sintió intimidado. Aunque fuera sumamente orgulloso, él era el primero en notar y resaltar la fuerza y la habilidad de una mujer cuando era justo y su novia era uno de esos casos.

Con el pasar del partido, fue inevitable notar que a pesar de su inexperiencia, Maléfica había resultado ser una gran dragonera, pues contaba con tres grandes aptitudes para ello: el coraje, la puntería y la anticipación. En poco tiempo se había familiarizado con los movimientos y la velocidad de los delanteros, por lo que las municiones que lanzaba eran precisas y acertaban en más del 80% de las veces.

Aquello estaba frustrando al equipo Real. En pocos minutos, los rivales habían dado la vuelta a la situación bloqueando, desbalanceando y desmotivando, pero sobre todo, enojando a Hades quien había olvidado lo que era el espíritu deportivo gracias a esas risas de loca que Maléfica le destinaba cada que acertaba en el blanco.

Fue una serie de golpes y sucesos desafortunados lo que detonó todo. Primero una anotación que igualó el marcador, luego un bloqueo con el cuerpo por parte de Lonnie y al final dos proyectiles que atinaron a su cabeza y al cuello de Hades.

— ¡Basta! — gritó Hades, adolorido. Las llamas azules sobresalieron de su ropa resistente al fuego y chamuscaron el casco.

Todos frenaron, girándose a ver el estallido de furia del dios, quien ya tenía la mirada fija en su ex-esposa. Esta reía con ese aire de superioridad que la caracterizaba y que le indicaba que no la intimidaba.

— ¡Tú ni siquiera eras parte del equipo!

— Sin berrinches, estúpido.

— ¿Berrinches? ¡¿Crees que son berrinches?!

— Si no lo son, entonces eres un pésimo perdedor. Si no soportas que alguien sea superior a ti, no juegues.

— ¡Baja aquí y arreglaremos eso, bruja ridícula!

— ¡Deja de ser tan corriente y vuelve al juego! ¡Estás dejando mal a la niña frente a todos! ¡Estúpido!

— ¡Idiota!

— ¡Llorón!

— ¡Tarada!

— ¡Qué flojera me das! ¡Regresa al maldito juego!

— ¡Baja al campo y juega como los hombres, a ver si no te rompes, esqueleto con vida!

— ¡¿Crees que no podría?!

— ¡LO ASEGURO!

— ¡SI TÚ PUEDES YO PUEDO HACERLO DIEZ VECES MEJOR!

El árbitro y el entrenador estuvieron a punto de acercarse, sin embargo Ben y Jay los pararon y negaron con la cabeza como una señal de que hacerlo sería peligroso.

Hades entonces, sacó unos tentáculos de humo y sombra del suelo y atrajo uno de los proyectiles para terminar lanzárselo a Maléfica directo en el plexo solar. Ella trastabilló un poco y se quejó en silencio, pues el golpe había dolido más de lo que pensó y le había sacado el aire, sin embargo en cuanto sintió la molestia aminorar, también decidió que la pelea a palabras había sido suficiente.

Así que ocupando el cañón empezó a disparar proyectiles específicamente contra Hades, quien empezó a esquivarlos con movimientos zigzagueantes.

— ¡Maldito gusano, quédate quieto! ¡Sólo quiero lastimarte un poco!