Actualización doble. Este capítulo fue publicado con anterioridad en Historia de un amor agridulce, si ya lo leíste puedes saltar al siguiente!
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A cinco meses de su primer encuentro, Maléfica se había enterado de algo que le revolvió el estómago. Los rumores en la Isla de los Perdidos y Auradon Central decían que a Hades se le había visto junto a una mujer en varias ocasiones.
Los isleños siempre repetían un nombre: Leuce. Por lo tanto, si la mujer tenía una identidad fija, entonces el rumor era cierto.
En una ocasión, a ella misma le tocó verla por casualidad. Las personas la señalaban a sus espaldas mientras caminaba y la tomaban como una loca por atreverse a acercarse al Señor del Inframundo.
Para Maléfica, Leuce era una mujer muy... "genérica". Su cabello era largo y rubio, era sumamente delgada y su rostro era completamente olvidable. Pero todos susurraban que Hades lucía cómodo a su lado.
La gente decía que sus salidas eran recientes, que Leuce en alguna ocasión ya había dicho que apenas se estaban conociendo, pero a pesar del futuro incierto, a Maléfica eso le molestaba.
Sobre todo, le molestaba el hecho de que le molestara.
Ellos ya no eran nada y sólo se veían para tener sexo, pero quizá fuera movida por celos irracionales, por las grandes cantidades de alcohol que en ese momento tenía en la sangre o por la amenaza de que le quitaran a su juguete favorito, que Maléfica se presentó en la guarida del Dios del Inframundo.
Ella rompió la puerta de hierro en forma de calavera y mandó a volar a Pena y a Pánico para llegar a la sala, donde Hades solía pasar sus tardes y tomar sus siestas.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó Hades desde su asiento cuando la vio casi tropezar por las escaleras
— Señor, no pudimos detenerla...— Intervino Pena a sus espaldas. Hades mostró su palma en señal de silencio.
— Repito, ¿qué haces aquí?
— Vine a tener sexo contigo
Ella se sentó en su regazo y él subió la ceja al notarla ebria. Cuando Maléfica no notó una respuesta inmediata, ni una caricia, ni un beso, ella se levantó y agarró a Pena del cuello con un brazo y lo amenazó con sus dedos.
— ¿O tendré qué matar a tu bola de grasa?... ¿cómo te llamabas, Flema?
— Pena, su Majestad
—Como sea. Dile a tu jefe que...
—Ya basta — dijo tranquilo y casi divertido— Ven conmigo, ridícula. Tomaste demasiado.
Hades la tomó de la mano con gentileza, un gesto bastante inusual en su tensa relación de ex-pareja y la dirigió hacia el cuarto de baño. Ahí la metió a la ducha, abriendo el agua fría para que cayera sobre ella.
— ¡¿Qué demonios te pasa, bruto?!
— Intento que estés un poco consciente, por lo menos.
Ella salió del agua casi empujándolo y llegó a la habitación con dificultad. Él iba a sus espaldas con los brazos cruzados.
— ¡¿Qué te hace pensar que no estoy consciente?!
Hades quiso burlarse. Decirle que todo en ella lucía como un desastre y que sólo hacía falta escuchar el tono de su voz para saber que se había pasado con las copas, pero prefirió no argumentar ante debates sin sentido que podrían tornarse eternos por la necedad de la hechicera.
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Cenizas (Hades x Maléfica | Hadeficent)
FanfictionHades y Maléfica se odian o eso es lo que dicen. Sin embargo, donde hubo fuego, cenizas quedan. | SMUT Hades x Maléfica.