Este capítulo fue publicado antes en Historia de un amor agridulce. Si ya lo leíste eres libre de saltártelo. Sólo hice una modificación pequeña para incluir el nombre de Leon'a.
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Las risas y los gritos de goce se escuchaban fuerte. Ese día, los Reyes de Auradon habían deseado darse un día libre de todas sus ocupaciones y pasar la tarde en el lago encantado junto a sus amigos y familiares.
Los más jóvenes y aventureros se lanzaban desde grandes alturas hacia el lago, mientras que los más tranquilos, la mayoría de ellos los adultos, disfrutaban de un picnic en la plataforma central del lugar.
Por su parte, Hades prefería observar todo lejos del bullicio y las personas. Había aceptado la invitación debido a los ojos de cachorro de Mal, pero después de nadar sólo un rato y "pelear" en el agua con Jay y Ben, decidió que había cumplido con el tiempo de convivencia suficiente para que su hija estuviera conforme.
Aún así, la cuidaba desde las alturas de un acantilado en el bosque.
Fue entonces cuando la vio. Maléfica apareció a unos metros suyo usando un traje de baño de una sola pieza, con una transparencia que bajaba por todo el escote frontal. Para proteger su delicada piel, traía encima una capa traslúcida que al extenderse parecían alas de dragón.
Ella peinaba su largo cabello negro con sus dedos. Sus movimientos eran lentos y elegantes, pero tenían una doble intención. Hades la reconocía fácilmente: la forma en la que arqueaba su espalda mientras se peinaba, la manera en la que presumía su silueta a contraluz, el modo en el que aprovechaba para terminar el recorrido de sus dedos en sutiles caricias por su propio cuello; todo en ella parecía querer llamar su atención.
Hades se quitó los lentes negros que traía puestos y le mostró sus colmillos con el aire de superioridad que lo caracterizaba.
— Entrar en el lago encantado no eliminará lo podrido de tu corazón, Maléfica
— Siempre tan hostil —respondió con el tono elegante que le caracterizaba— ¿Por qué no vuelves al agua y te extingues de una vez, fogata andante?
— Oh, vamos. Sólo intento proteger a la naturaleza. ¿Quién sabe? Tal vez entres y contamines todo con tu asquerosa oscuridad.
— Me siento halagada de que pienses en mí de esa forma, pero es una afirmación bastante aventurera para alguien que sólo sabe llevar desolación y sufrimiento a donde quiera que vaya.
— No a todos lados, querida. Tú no parecías estar sufriendo mucho hace dos días.
Hades rió de forma burlona mientras se levantaba y caminaba hacia ella. Maléfica se permitió mirarlo de reojo: los músculos de sus brazos y sus piernas al descubierto eran hipnotizantes por sí solos, pero cuando los combinaba con su forma de caminar, tan segura y amenazante, se volvían irresistibles.
Habían pasado siete meses desde su primer encuentro en el cumpleaños de Ben y desde ese momento, ambos habían compartido la cama por lo menos cuatro veces a la semana, pero la tensión que se sentía entre ambos cada que se quedaban a solas era tan fuerte como si fuera la primera vez.
— ¿Esta es tu forma de llamar mi atención? — Preguntó el Rey del Inframundo examinándola con descaro mientras caminaba a su alrededor.
—¿Quién dice que quiero llamar tu atención, idiota? No todo se trata de ti.
— Claro. ¿Cuándo admitirás que te gusto? — Susurró a su oído, parado a sus espaldas.
— No me gustas, Hades—. Se burló, mordiendo sus labios para evitar una carcajada que llamara la atención de todos—. Me gusta tu cuerpo, eso es diferente. Eso significa que en cualquier momento puedo buscar a otro que me complazca y desecharte como la basura que eres.
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Cenizas (Hades x Maléfica | Hadeficent)
FanfictionHades y Maléfica se odian o eso es lo que dicen. Sin embargo, donde hubo fuego, cenizas quedan. | SMUT Hades x Maléfica.