Monocromía | Hot summerz

25

~Cuando pienso en ti, el sol sale

Así que dejé de lado toda la tristeza...

Sakura la iba a matar. Chaewon tenía claro eso.

Como había ocurrido una semana atrás, estaba regresando a casa con la cabeza ida y los pensamientos confusos, sin entender del todo lo que le acababan de pedir esas dos alfas que le rompieron el corazón un mes atrás. La petición que le hicieron se repetía en su cabeza, y la respuesta que les dio.

Queremos cortejarte sin compromiso, Chae.

Si luego de... de unos meses te das cuenta de que ya no nos quieres, entonces nos lo puedes decir y te dejaremos en paz.

No que vuelvas con nosotras, pero que nos des la oportunidad de... de demostrarte que te amamos. Que queremos estar contigo y te amamos.

Cada palabra se repetía una y otra y otra vez en su cabeza. Chaewon ni siquiera sabía cómo podía ir a su casa sin colapsar por completo, porque escuchar esa petición, ese ruego que le hicieron, hizo que su corazón se estrujara en algo que no sabía reconocer bien. ¿Dolor? ¿Ansiedad? ¿Amor?

Y ella les había dicho... Les dijo...

―Sin compromiso ―repitió, con el desconcierto pintando su voz―. ¿Están... están seguras?

―Muy seguras, Chae ―Yunjin y Kazuha estaban serias mientras la primera hablaba―. Si esta es la única forma de que nos dejes demostrarte lo mucho que te queremos, entonces la aceptaremos con una sonrisa en la cara.

Chaewon sólo las podía observar y fue su omega quién habló. Fue su omega quién tomó las riendas del momento, porque ella no podía siquiera pensar en una respuesta clara.

―Está bien ―dijo, y su voz salió temblorosa. Ellas la miraron unos segundos en silencio, sorprendidas por la respuesta, y cuando la procesaron, comenzaron a sonreír―. Pero no... no quiero presiones. Sin presiones.

―Claro ―Kazuha contestó con rapidez―. Aunque ¿podemos hacerte regalos? ¿Venir a verte? ¿Ir a buscarte al colegio?

―¿Eso no es mucho? ―preguntó, aturdida y desconcertada.

―Es lo que te mereces ―dijo Yunjin―. Por favor... Déjanos hacerlo, aunque si no quieres...

La omega, de pronto, deseó ser lo suficientemente valiente como para ponerse de pie e inclinarse hacia ambas, y así darles un beso en la mejilla o la boca. De pronto, quería abrazarlas y hundirse en sus aromas, por muy estúpido que sonara, y fue que se dio cuenta de que, a pesar de todo, nunca dejó de quererlas. Todavía las quería, y a pesar de que no deseaba arriesgarse como hizo antes, una parte suya se encontraba muy tentada de darles una segunda oportunidad.

Sin embargo, otra parte todavía quería probarlas un poco. ¿Realmente estaban dispuestas a todo por ella? Eso Chaewon tenía que verlo. ¿Y qué mejor que quisieran arriesgarse a cortejarla sin compromiso? Al final, Chaewon aceptaría todos esos regalos y puede que, al final, no decidiera quedarse con ellas. ¿No era un plan perfecto?

Ahora, el verdadero problema era otro: Sakura iba a pegar el grito al cielo. Chaewon ya lo estaba anticipando, y lo peor es que no sería sólo su hermana, sino también su padre. Los dos iban a enloquecer cuando les contara lo que había hecho.

No es como si le fastidiara que se preocuparan por ella, o los acusara de ser sobreprotectores. Después de todo... ellos fueron los que vieron el estado en que quedó. Ellos la sostuvieron cuando se enteró de toda la verdad, cuando se derrumbó y su corazón se rompió de una manera que nunca imaginó posible. Ellos la contuvieron. Y era evidente que se llenaron de rencor hacia Kazuha y Yunjin, y ese rencor no iba a desaparecer tan fácilmente. Ella misma sentía todavía un poco de resentimiento, y por eso mismo quería ver hasta dónde eran capaces de llegar.