❝¿Sabes algo? Cada vez que miro tus hermosos ojos, mi mente evoca la imagen de un atardecer radiante, donde el cielo se tiñe de un rojo intenso que parece reflejar la belleza de tu mirada. ❞
╭─► ೃ♡𝐴𝑐𝑙𝑎𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠ೃ♡
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Ya había pasado una semana desde que Sonic y Shadow no se habían dirigido ni una sola palabra en la escuela. La tensión en el aire era palpable, y los amigos de Shadow, al tanto de la situación, observaban con preocupación. Shadow les había confesado sobre el beso inesperado que había compartido con Amy, lo que había llevado a un distanciamiento entre él y Sonic.
Mientras tanto, Amy se sentía atrapada entre la culpa y la confusión. Desde aquel beso, su corazón estaba hecho un lío. Sabía que había cruzado una línea al besar a Shadow, y aunque todo había sido un error impulsivo, no podía dejar de pensar en las consecuencias de sus acciones.
Decidida a enmendar las cosas, le pidió disculpas a Shadow al día siguiente en el patio de la escuela.
—Lo siento mucho, Shadow. No quise hacerte daño —dijo Amy con sinceridad, mirando a los ojos del azabache.
Shadow asintió lentamente, su expresión seria comenzando a suavizarse. —Está bien, Amy. Todos cometemos errores —respondió él, aunque una sombra de tristeza aún cruzaba su rostro.
A pesar de haber aceptado las disculpas de Amy, el ambiente seguía tenso. Amy quería hablar con Sonic para explicarle lo que había sucedido y decirle que nunca fue su intención "destruir su amor".
Sin embargo, cada vez que intentaba acercarse a él, Sonic se alejaba como si una barrera invisible los separara. La frustración la invadía.
Un día, mientras Sonic se encontraba perdido en sus pensamientos durante el recreo, Tails se acercó a él con una mirada preocupada.
—Deberías hablar con ella, Sonic —dijo Tails con determinación.
Sonic levantó la vista sorprendido. —¿Eh? ¿Dijiste algo?
Tails frunció el ceño y repitió: —Que deberías hablar con ella.
—¿Con Amy? —preguntó Sonic incrédulo mientras jugaba nerviosamente con las puntas de sus zapatos. —No lo sé, amigo... ¿y si me quita a Shadow?
Tails rodó los ojos exasperado. —¿Por qué piensas que te lo va a quitar?
Sonic se encogió de hombros. —Pues... no sé... tal vez porque son amigos ahora o no lo se.
—Ya ves —replicó Tails— Entonces escúchala y cuando entiendas lo del beso y lo pienses bien, le dices a Shadow que lo perdonas y blah blah blah.
Sonic soltó una risa nerviosa. —Tienes razón... Y todavía me queda una semana para aclarar las cosas. Pero... Shadow no me ha dirigido ni una sola palabra desde entonces.
—¿Y tú le has hablado? —preguntó Tails, levantando una ceja.
Sonic se quedó en silencio por un momento antes de responder: —Umm... no... No le he hablado.
—Ya ves —replicó Tails— Shadow te está dando tu espacio. Él no quiere apresurarte a perdonarlo si no estás listo.
—¿Será por eso? —dijo Sonic pensativo.
—Yo digo —confirmó Tails mientras miraba hacia el patio donde Amy conversaba animadamente con Blaze.
Al ver a Sonic distraído mirándola, Tails decidió intervenir nuevamente. Pero el timbre resonó por toda la escuela, interrumpiendo a tails lo que iba a decir.
—Vámonos a clases —dijo Sonic con un suspiro resignado.
Ambos amigos se dirigieron hacia su salón y tomaron sus respectivos asiento.
Mientras la maestra todavía no comenzaba la clase de matemáticas porque no estaba, Sonic no podía evitar robarle miradas a Amy.
La eriza rosa parecía estar riendo de algo que Blaze decía; esa risa le traía recuerdos felices pero también le provocaba una punzada en el corazón al pensar en cómo las cosas habían cambiado entre ellos.
De repente, una voz grave interrumpió sus pensamientos:
—Hola, Sonic. — hablo shadow.
La simple mención de su nombre hizo que el corazón de Sonic latiera más rápido; finalmente había roto el hielo entre ellos.
—Hola, Shadow —contestó Sonic sin mucha motivación, aunque por dentro sentía un torbellino de emociones encontradas: alegría por escuchar su voz y tristeza por la distancia que aún existía entre ellos.
La maestra entró justo en ese momento y comenzó a explicar un nuevo tema sobre álgebra mientras los dos chicos intercambiaban miradas furtivas.
A medida que avanzaba la clase, Sonic sabía que tenía que tomar una decisión pronto: podría seguir ignorando sus sentimientos o enfrentar la situación y hablar con ambos sobre lo sucedido.
Continuará...
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