Ahora.
Liam vomita por última vez, su garganta arde, él intenta tragar saliva varias veces amortiguando el picor, saboreando el amargo sabor, el desayuno se va cuando baja la manecilla del retrete, él no evita un gemido cuando sale del cubículo.
Camina hasta pararse frente a los grandes espejos de los lavamanos, el espejo reflejando su rostro cansado, ojeras pronunciadas y una vista cansada, sintiéndose patético, enjuaga su rostro y luego su boca, y mientras acomoda su mochila en el hombro el timbre que indica el almuerzo suena.
El barullo es desastroso afuera, cuando él sale del baño las personas le empujan, haciéndolo retroceder, Liam se queda parado a lado de la puerta del baño, pensando en que sería mejor fingir que hace algo en su loquer o simplemente buscar alguien con quien hablar, extrañamente, a pesar de ser el primer día de un nuevo ciclo, todos parecen conocerse, los grupos de personas riendo entre ellos hacen que a Liam le den arcadas, él se rehúsa a volver al baño, se siente tonto y nuevamente tiene ganas de llorar.
Con un suspiro busca a alguien amigable, él no encuentra a nadie a primera vista, pero ve como un chico alto y de cabello negro camina sin compañía y decide seguirlo, se ve amigable o trata de hacerlo parecer.
El chico camina afuera del Instituto, por los jardines, se sienta en una banca alejada y saca unos auriculares, Liam suspira, pensando en que decir para sacar conversación, su corazón golpeando su pecho a cada paso que da, sus manos comienzan a sudar pero sin saber como lo hizo ya está sentado a lado del chico quien le da una mirada extrañada tan pronto se percata de la presencia del castaño, su ceño se frunce mientras se quita un audífono y mira a Liam despectivamente. Liam pronto se siente pequeño, creyendo que no fue tan buena idea venir.
—Hola—en realidad no sabe que decir, piensa que es una mierda para comenzar conversaciones y se siente tan solo, otra vez.
—Uh...—
—Yo, bueno, es que... no conozco a nadie y te vi solo y solo pensé que tal vez querías hablar con alguien, aunque bueno, si no quieres, solo, necesito no verme tan solo—el chico sigue mirándolo, sus cejas fruncidas, casi como si quisiera leer a Liam con la mirada.
—¿Qué importa lo que piense la demás gente?—el chico finalmente dice luego de un silencio incómodo, Liam se sorprende, no tanto, pero lo hace, su mente sigue repitiendo que fue muy mala idea venir, que el chico con quien está hablando no tiene ni una pizca de amabilidad, que seguro es un matón que le va a atacar.
—Y-yo, solo...
—Soy Zayn—Liam se atraganta —Zayn Malik y sí, puede quedarte aquí, si eso quieres, solo no hables, al menos no demasiado—Liam suspira acomodándose mejor en la banca, mira a su alrededor, algunas personas mirándolos de lejos, otras simplemente ignorándolos.
Piensa en algo más que decir y lo tiene, pero recuerda que el chico, Zayn, le ha dicho que puede quedarse si solo no habla, así que suspira creyendo al cien por ciento que fue una mala idea el estar aquí. A pesar del silencio y que Zayn apenas lo mira, se comienza a sentir cómodo, así que decide sacar su almuerzo y comerlo con lentitud, consiste en un emparedado y un jugo y se pone a pensar que tal vez Zayn podría tener hambre.
—Sé que dijiste que no hablara pero... ¿quieres?—Zayn lo mira, está vez sin fruncir su ceño o despectivamente, solo, lo mira.
—No—es tan cortante y cruel, Liam baja su mirada, prefiriendo que es mejor guardar su almuerzo e irse, así que lo hace, se levanta sin decir nada al moreno frente a él, quien lo vuelve a mirar cuando lo hace.
—Dije que podías quedarte—el castaño asiente lentamente, analizando las palabras, entrando en el dilema si Zayn quiso decir que quería que se quedara, prontamente se encuentra confundido.
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Habit | Ziam
FanfictionFumar y mentir eran hábitos de Zayn, hasta que conoció a Liam. 2015. Prohibida su copia o adaptación. Todos los derechos reservados. Nota importante: Está novela se redactó cuando la autora tenía quince años, por lo que algunos sucesos o comentarios...