➤Capítulo 2.

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El siguiente día pretende ser mejor.

El cielo amanece encapotado, amenazando con una pequeña llovizna una gran tormenta. A Liam se le congela la nariz cuando sale de casa frotandose las manos mientras camina por la vereda.

Se puede sentir el invierno pisandole los pies a otoño.

Él pasa por la casa de Zayn, pero solo porque debe pasar para poder ir al Instituto, casualmente mira a la casa pero no se encuentra con nada en peculiar, todo normal, sin indicios del moreno, suspira resigandose, creyendo que lo mejor es solo alejarse lo más posible de Zayn, tal vez olvidando el importante hecho de que el morocho le salvó la vida.

De mala gana patea el pavimento mojado, se tropieza con sus propios pasos torpemente hasta chocar contra un fuerte cuerpo, alzando la mirada reconoce de quién se trata inmediatamente; Zayn. El moreno lo mira girándose para poder apreciarlo mejor, Liam se sonroja, sin saber muy bien que hacer, siente sus mejillas calientes, contrastando con el frío que hace, no sabe que hacer, un dilema nuevamente creciendo en él, "¿Caminar junto a él o ignorarlo?", pero Liam no es tan malo, así que sólo se queda quieto y cuando ninguno parece hacer nada decidí caminar junto al chico.

Muerde su labio antes de hablar.

—Solo quiero decir gracias—Zayn lo sigue mirando, es más alto que Liam, lo que lo pone más incómodo.

—Está bien—la voz de Zayn sale en un murmuro ronco pareciendo que no tiene ganas de hablar, provocando un sentimiento malvado en Liam, ese sentimiento de oye, no le importas, largo.

—De igual manera lo siento, haz quedado golpeado por mi culpa—insiste el castaño.

—Bueno, obviamente no te iba a dejar solo ahí—la conversación termina, no hay más palabras por parte de ninguno de los dos.

Liam sigue sintiéndose mal, pero que puede hacer si Zayn no quiere ni siquiera que le hable.

Ellos llegan al Instituto, y el martirio comienza. El castaño va a sus clases normales perdiendole la pista a Zayn, piensa que tal vez va en un grado mayor, piensa que se está escondiendo de él, o tal vez no solo de él, piensa que se está escondiendo de todo el mundo.

Sigue con cierta curiosidad carcomiendole el cerebro, creyendo que nunca había conocido a alguien así, con ese comportamiento, con esa aura de misterio que en vez de odiarla y evitarla, te provocaba querer mirar más y más de cerca.

Continua su vida siendo invisible, continua respirando y continua con el pensamiento en otra cosa, menos en sus respectivas clases.

No es hasta una clase antes del almuerzo cuando un peculiar chico rubio le habla, es gracioso, irlandés y tiene un acento extraño que divierte a Liam.

Él invita a Liam a almorzar junto con sus otros amigos, el chico dijo sus nombres, pero sinceramente, Liam no le presto la suficiente atención.

Ellos caminan hasta el jardín, sentándose en una banca, Niall lo presenta oficialmente a sus amigos.

—Harry, Louis, él es Liam, Liam ellos son un par de idiotas—Liam ríe ante el apodo.

—¡Hola!—exclama un chico, Louis, es castaño, bajo y de ojos azulados.

—Yo soy Harry—dice el otro chico, de rizos, mucho más alto y ojos verdes, un verde extravagante.

—Ya lo sabe, Harry, Niall se lo acaba de decir—gruñe Louis, con falso enojo y exasperación.

—Bien, pero, ¿qué tal si creyó que yo era tú, cuando yo soy yo y tú eres tú?—Liam ríe, mientras Louis lo mira con su ceño fruncido.

—Cuando hablas de ese modo, nadie te comprende—Harry hace una puchero, Louis suspira jalando su labio, mientras niega levemente.

Habit | ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora