La lluvia había parado por fin, pero una densa y espesa niebla se había esparcido como un manto grueso hasta dónde alcanzaba la vista. Menos mal el granero detrás de la cabaña dónde nos encontrábamos estaba bien iluminado y me permitía ver con claridad a mi oponente.
Detallé al hombre sin camisa de pie justo en frente mío. La tinta negra en su piel parecía cobrar vida bajo las luces de las antorchas. Sus brazos perfectamente esculpidos sostenían con suma destreza el pesado metal de su espada mientras que una sonrisa maliciosa decoraba sus labios.
No me costó mucho convencerlo para que entrenara conmigo. Ahora empezaba a darme cuenta de porqué había aceptado con tanta facilidad. En la última hora había dejado muy claro lo divertido que le parecía patearme el trasero sin ninguna compasión o misericordia.
____ ¿Cansada?
Sostuve mi espada afirmando los dedos con más fuerza en la empuñadura al momento que enterraba mis pies en el suelo.
____ En tus sueños...
Eché a andar en el mismo momento que vislumbré su cuerpo avanzar hacia mí. Nuestras espadas chocaron con fuerza a la vez que nuestros cuerpos maniobraban por tener la ventaja. Empujé el metal contra el suyo y giré sobre mis pies para atacar su costado con otro golpe, pero sus movimientos eran rápidos, ya había anticipado mi jugada y fue capaz de bloquear cada uno de mis ataques.
Nos movimos en una danza que homenajeaba la muerte. Nuestras espadas chocaron una y otra vez haciendo que el sonido del metal viajara por cada rincón del granero.
Me había conseguido un vestido con corsé y falta holgada al que tuve que rasgar una abertura considerable a lo largo de mi pierna derecha para poder moverme con libertad, y cada vez que giraba podía sentir el aire frío acariciar mi piel y los ojos de cierto cazador también. Ese hecho me dio la ventaja. Volví a girar con el único propósito de capturar su atención y choqué mi espada con la suya con todas mis fuerzas logrando desarmarlo. Sonreí internamente pero no me permití sentirme victoriosa. Me lancé contra su cuerpo con espada en mano, golpeé su espinilla con fuerza haciendo que se le doblara la rodilla al primer instante, y al segundo llevé mi espada a su cuello.
Levantó la mirada para encontrar mis ojos observándolo desde arriba. Se sentía bien verlo de rodillas ante mi, en especial cuando la última hora había sido yo la que había ocupado ese lugar.
____ ¿No se te olvida algo?
Junté las cejas sin apartar la mirada.
____ ¿Qué...
De pronto mi espada saltó de mis manos. Sus manos arrastraron mi cuerpo al suelo lleno de paja al mismo tiempo que maniobraba para someterme. No perdí el tiempo analizando el suceso y me propuse defenderme a toda costa. Lancé un golpe tras otro, no logré acertar ninguno, pero al menos logré mantenerlo a raya. Giramos en el suelo repetidas veces esquivando los ataques del otro. Lo hicimos por largos e interminables segundos hasta que descubrí la daga incrustada en el borde de su bota y la tomé a la primera oportunidad. Si se dio cuenta no lo hizo ver. Volvimos a girar y esta vez me aseguré de ser yo quien quedara encima suyo. Apreté mis piernas con fuerza a sus costados y me apoyé con una mano en su pecho mientras que con la otra alojaba la daga en su cuello.
____ Yo gano... ____ Jadeé.
Me faltaba el aire, respiraba a duras penas por la boca y aún así sentía que no era suficiente. El pelo se me había soltado en algún punto de la pelea y lo tenía todo desparramado por la cara y la espalda, y además había recogido una gran cantidad de paja con el.
____ ¿Estás segura?
El hombre debajo de mi sonrió. Una risa deliciosamente atractiva. Un espasmo recorrió las paredes internas de mi núcleo en consecuencia, haciendo que una corriente placentera se expandiera por toda mi espalda.
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Alderamin (La leyenda)
FantasyAtada a una leyenda impuesta por el destino. Designada como tributo a una tierra muerta, una que lleva siglos esperando su llegada. Pero todas las leyendas tienen grietas, y esta grieta en especial tiene nombre, unos ojos negros como la noche y sang...