Espurna - Alexia Putellas

Capitulo 15

Con la mano acariciandole la nuca pusimos camino a Barcelona; era una noche tranquila en la que pocos eran los coches que compartían la misma ruta que nosotras.

"¿Te has sentido comoda?"

"Como en casa mi vida, tú por eso no te preocupes" contestó mientras retiraba la mano que tenía en su cuello, cogiéndola y entrelazando con la suya y llevándosela a los labios, dejando un beso sobre el dorso de mi mano "Realmente no se que tienes amor mío, pero solo te necesito a ti para sentirme como en casa."

"No puedes decirme cosas así..." dije con la voz pequeña.

"¿Porque?"

"Porque haces que me enamore mucho más de ti de lo que ya estoy." Confesé, de mi boca solo saliendo verdades.

"Entonces tenemos un problema amor de mi vida porque yo ya no quiero salir de aquí" confesó de la misma forma mientras llevaba nuestras manos hasta su pecho, colocándolas sobre su corazón "Este se acelera con el simple hecho de pensar en ti; tal vez desde fuera parecerá que vamos muy rápido pero cuando lo sabes no hay vuelta atrás, eres mi presente Alexi y quiero que seas mi futuro."

"Eres el hoy de mi mañana, hoy y para siempre."

"Para siempre."

Nuestras manos permanecieron unidas, y así se quedaron mientras poníamos camino a mi piso tras recoger a Oddie del suyo. Hoy necesitaba dormir entre sus brazos y no iba a dormir si no era de otra forma.

En la comodidad de un silencio conocido y amigo, donde las palabras no eran necesarias; cambiamos nuestra ropa de calle por un pijama.

Las sábanas nos envolvieron a ambas pero para mí no había mejor abrigo que el de sus brazos; no había mayor seguridad que verme contra su pecho protegida por sus labios.

No había mejor sitio donde estar, donde dormir, donde descansar.

Ella es mi sitio.

Sus manos y el ritmo suave de sus caricias, sus besos suaves contra mi pelo, las caricias de su nariz contra la mía; ella a mi lado fue suficiente bálsamo para apagar el motor acelerado que siempre había sido mi mente, dejándome encontrar una paz que hacía años que era desconocida para mí.

Ella es mi lugar.

Ella con su sonrisa sincera, sus palabras amables, su protección silenciosa y cariño mudo; ella y su forma de mirarme, de acariciarme y abrazarme contra su cuerpo, ella y simplemente ella.

Ella es mi persona.

No se en que mi ojos empezaron a reflejar la explosión de emociones que había colonizado mi interior. Esa felicidad extrema, ese calor puro y reconfortante que me recorría de pies a cabeza, la electricidad alegre de pensar en ella... Ese amor que pienso proteger de todo y de todos.

Estaba enamorada de ella y había sido lo más fácil que había hecho en toda mi vida.
Mi cerebro solía llevar el mando en lo que hacía pero con ella; con ella el único que habla es mi corazón.

Uno que ya le pertenece a ella.

"Mi amor..."

"Dime" murmuré contra la piel de su pecho.

"¿Porque lloras mi vida?"

"Porque estoy feliz y agradecida de tenerte en mi vida, de que seas mi novia y mi presente y futuro; de saber que caminas de mi mano en esta aventura que llamamos vida, de tenerte conmigo aquí y ahora."

"Y me tendrás siempre."

"Y no pienso dejar que te vayas de mi lado" murmuré antes de subirme sobre su cuerpo completamente, escondiendo la cabeza en el hueco de su cuello.