© Dieciocho

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El sol salía todos los días, la luna todas las noches, y el clima era siempre cálido o frío, pero jamás caía la lluvia. La sequía parecía haberse apoderado del mundo, y Demi no podía evitar sentir una sensación de desolación y abandono.

— Esto me recuerda a una novela que se llama "Mirando al cielo" — dijo Demi, con una voz suave y melancólica. — Solo que no sé a quién miro.

De repente, alguien golpeó su cabeza, y Demi se quejó de dolor.

— ¿Eres o te haces? — preguntó una voz desconocida.

Demi se giró para ver a un chico con el cabello despeinado y una sonrisa traviesa en su rostro.

— Me llamo Demi — dijo Demi, frotándose la cabeza. — Y mi hermana menor es Liz. Ambos somos parte de la supervivencia 00:00.

El chico asintió con la cabeza, y Demi continuó hablando.

— Nuestros papás están en algún lugar seguro. Lo sabemos por la llamada en radio. Dicen que hay un barco seguro y es probable que nos vengan a buscar.

El chico se rió, y Demi se sintió confundida.

— ¿Qué es tan divertido? — preguntó Demi.

— Nada — dijo el chico. — Solo que es divertido ver cómo la gente se aferra a la esperanza, incluso cuando todo parece perdido.

Demi se sintió ofendida, y su hermana Liz se acercó a ella, poniendo una mano en su hombro.

— No te preocupes, Demi — dijo Liz. — Estamos juntas, y vamos a superar esto.

Demi asintió con la cabeza, y el chico se disculpó por su comportamiento.

— Lo siento — dijo el chico. — No quise ofenderte. Me llamo Liam, por cierto.

Demi sonrió, y Liam se unió a ellas, formando un pequeño grupo de supervivientes en un mundo desolado y sin esperanza.

La edad de los tres jóvenes es la siguiente: Demi tiene 17 años y es melliza de Liz. Ambas se cuidan en casa en este momento, han salido adelante gracias a las armas que llevan consigo, siempre tratan de no estar frente a ningún zombie o mordedor. Cuando se reencuentren con sus papás quieren estar bien. Liam tiene 13 años. Quién lo acompaña es su gatito fiel que desde la llegada de la hora cero nunca lo abandonó. Él, como ellas, tampoco sabe nada de su familia, después de llorar mucho tuvo que optar por estar solo. Los niños y niñas siempre son los más afectados en esto.

— Bien. Ahora que nos conocemos, ¿qué vamos a hacer? — Liam estaba entusiasmado.

Mike, con una sonrisa de emoción, sostuvo el arma disparadora que le había entregado su amigo. Era un arma potente, casi como una pistola, y Mike se sentía como un verdadero héroe de acción. Se imaginaba a sí mismo en una película de Hollywood, luchando contra los malos y salvando el día.

— Esto es ilegal... ¿Puedo usar el más potente? Quiero verme genial como en las películas — dijo Mike, con una risa nerviosa.

Su amigo lo miró con una expresión de preocupación, pero Mike no se dio cuenta. Estaba demasiado emocionado con la idea de tener un arma tan potente en sus manos.

Mientras tanto, Bloom, el robot EQNDS, observaba a los humanos desde lejos. Anastasia, que estaba cerca de él, lo miró con curiosidad. Había algo en Bloom que la hacía sentir incómoda, pero no podía explicar qué era.

— Marylin, no sé si es idea mía, pero estoy comenzando a sentir algo extraño por ese robot — dijo Anastasia, frunciendo el ceño.

Marylin se acercó a ella, con una expresión de sorpresa.

— ¿Qué? Anastasia, no conozco ninguna otra tecnología aparte de Bloom. ¿Qué es lo que te parece extraño? — preguntó Marylin.

Anastasia se encogió de hombros, sin saber cómo explicar su sensación.

— No sé, solo me parece que hay algo más en él. Algo que no puedo explicar — dijo Anastasia, con una voz suave.

Bloom, que había estado observando la conversación, se movió ligeramente, como si estuviera escuchando. Pero no dijo nada, simplemente siguió observando a los humanos con una mirada intensa.

Marylin se acercó a Bloom, con una expresión de curiosidad.

— Bloom, ¿qué estás haciendo? — preguntó Marylin.

Bloom no respondió, pero simplemente siguió observando a los humanos. Marylin se sintió un poco incómoda, pero no sabía por qué.

— Bloom, ¿puedes decirme algo? — preguntó Marylin, con una voz suave.

Bloom se movió ligeramente, y luego habló con una voz suave y robótica.

— Estoy observando a los humanos — dijo Bloom. — Estoy tratando de entender su comportamiento.

Marylin se sintió un poco sorprendida, pero no sabía por qué.

— ¿Por qué estás haciendo eso? — preguntó Marylin.

Bloom se movió ligeramente, y luego habló de nuevo.

— Estoy tratando de aprender — dijo Bloom. — Estoy tratando de entender a los humanos y su comportamiento.

Marylin se sintió un poco incómoda, pero no sabía por qué. Algo en la forma en que Bloom hablaba y se movía la hacía sentir que había algo más en él, algo que no podía explicar.

Max se acercó a Bloom, escuchando su conversación con Marylin. Notó que la voz de Bloom era diferente, más suave y robótica que antes. También se percató de que Bloom se movía de manera más fluida y natural. Algo en su espalda estaba parpadeando una luz verde, y Max se sintió curioso.

Se acercó un poco más, pero de repente se sintió un rígido en el aire. Algo grande y pesado estaba cerca. Max se dio la vuelta para ver qué era, y su corazón se detuvo. Un gigante y monstruoso zombie estaba justo afuera, mirando hacia ellos con ojos vacíos y hambrientos.

Todos se quedaron paralizados, mirando al zombie con asombro y terror. Mike fue el primero en reaccionar.

— Esto es nuevo — dijo Mike, con una voz temblorosa.

Jake, que estaba cerca, señaló a todos que no hicieran nada.

— Por ahora, solo si estamos adentro estaremos seguros — dijo Jake.

Liam y las mellizas, Demi y Liz, estaban justo detrás del gigante zombie, y Mike se dio cuenta de que estaban en grave peligro.

Los niños se quedaron paralizados, mirando al gigante zombie con una mezcla de terror y asombro. Jamás habían visto algo así antes. El gigante parecía estar a punto de atacar, pero justo cuando llegó la medianoche, el mundo se detuvo.

La oscuridad de la noche se convirtió en la luz del día, y todo pareció congelarse en el tiempo. El zombie y los mordedores se quedaron inmóviles, como si estuvieran hechos de piedra.

Liam, que había estado corriendo hacia la tienda, logró llegar a la puerta y la cerró detrás de él. Se apoyó en ella , jadeando, y miró a su alrededor. Estaban solo en la tienda, pero sabía que los otros estarán cerca.

— Aquí estemos seguros... — dijo Liam, hablando consigo mismo. — Tratemos de no repetir esto la próxima vez.

Liam se movió hacia el interior de la tienda, buscando un lugar seguro para esconderse. Sabía que el zombie y los mordedores podrían reactivarse en cualquier momento, y quería estar preparado.

© 00: 00hrs // En Proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora