own. ITANARU

¹⁰.

Naruto retomó su andar, finalmente llamando la atención del mayor de los Uchihas cuando estuvo a escasos pasos de distancia. Casi le parecía gracioso como parecía que por fin lo había tomado por sopresa a él y no al revés.

—¿Naruto? ¿Qué haces aquí? —. No hizo el intento de ocultar su sorpresa por verlo ahí, especialmente cuando se veía tan derrotado. Tiró su cigarro al suelo, pisándolo para apagarlo mientras se acercaba al mencionado —Si vienes a ver a Sasuke... —.

—No —. Cortó enseguida antes de que continuara lo que fuera a decirle al respecto. Eso sorprendió aún más a Itachi, ladeando su rostro con confusión. 

Se mordió la lengua antes de poder decir cualquier cosa, realmente ¿por qué estaba ahí? Si estaba tan seguro que no era para ver a Sasuke, ¿venía a ver a Itachi? La idea se escuchaba ridícula, pero a la vez se sentía lógico. Mierda, ¿qué debía hacer o decir? El rostro ofuscado de Itachi no hacía más que aumentar sus nervios, y tal vez ya era muy tarde para salir corriendo de nuevo.

—Yo... No lo sé —. Respondiendo a una pregunta que no había sido hecha en voz alta, apenas atinó a cubrir su rostro con su diestra, negando con su cabeza. Se sentía realmente tonto, ¿tal vez el efecto del alcohol no se había pasado realmente? 

Itachi no se detuvo más y terminó de acercarse al rubio, uniendo sus cuerpos en un abrazo, sintiendo el cuerpo de Naruto temblar contra en suyo. El rubio cerró sus ojos con fuerzas, no sabía si lo correcto era apartarse, pero tampoco lo hizo, sólo se quedó ahí, dio una respiración profunda que pareció más un jadeo ahogado contra el pecho del mayor y sus puños se cerraron contra la camisa contraria, apenas correspondiendo el abrazo. El mayor lo apretó contra su cuerpo, no podía soportar la vulnerabilidad pintando el rostro del contrario desde el momento en que lo vio, y sus ojos que parecían querer contener una cascada.

—Te odio —. Pronunció con la voz ahogandose contra el pecho contrario, después de unos minutos de haber permanecido en silencio. A pesar de las crueles palabras, Itachi rió suavemente.

—No, no lo haces —. Su profunda pero gentil voz le hizo apretar aún más sus puños, arrugando totalmente la camisa entre sus manos, aunque no era algo que a Itachi le importara ahora mismo.

—Sí, te odio. A ti y a tu estúpido hermano —. Esta vez Itachi se quedó en silencio, eso último era nuevo —Los odio, me hacen sentir tantas cosas que ni siquiera sé lo que siento —. Confesó, sintiendose nuevamente embriagado pero esta vez por el perfume que ahora inundaba sus sentidos.

—Bueno, en algo tienes razón, mi hermanito es un estúpido —. El mayor parecía hasta cierto punto divertido con la situación. Dirigió sus manos hacia los hombros contrarios, separándolo apenas para poder ver su rostro —¿Qué estupidez hizo ahora? —. Cuestionó, llevando su diestra al mentón del menor. El par de gemas azules parecieron por fin reaccionar, y en un segundo se llenaron de lágrimas que ya no podía contener. 

El pelinegro acarició con suavidad las mejillas contrarias, limpiando el par de lágrimas que habían alcanzado a escaparse de los ojos del rubio, quien se sentía fuertemente contrariado en ese momento. Itachi no lo presionó para hablar, en cuanto se acercó había sentido el aroma a alcohol, cigarro y marihuana que se habían impregnado en el joven, por lo que no necesitaba mayores explicaciones para saber que la repentina crisis debían ser efecto de los excesos.

Naruto cerró sus ojos un momento, en un intento por volver a apaciguar la turbulencia de sus pensamientos y sus sentimientos, así como su respiración. Itachi, sin querer desaprovechar ni una oportunidad, terminó por cerrar la distancia entre ambos y volvió a robar un beso de esos labios que tanto lo tentaban. ¿Qué? Todo era una estrategia para ayudarlo a regular su respiración, obvio. El menor se quedó pasmado por un momento, como siempre sin saber cómo reaccionar, hasta que dejó su mente en blanco y comenzó a corresponder el suave movimiento de labios que Itachi había comenzado.