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No podía verla a los ojos. No tenía el derecho de hacerlo. Soy tan egoísta. Ella aún me recibe con una sonrisa cada vez que nos encontramos. Siempre me susurra cuánto me ama; yo también lo hago. Cada vez que tengo oportunidad lo hago...y se lo demuestro. Pero eso no es suficiente.

Debería dejar que se vaya de mi lado. Ahora la presencia de Melania aparece en los sueños de Geneviev. No puedo soportar que la esté destruyendo desde su mente. Saber que la incita a cualquier locura.

Pero la amo tanto que no puedo evitar ser egoísta.

Porque estoy seguro que ella será como las mujeres de mi familia. Las salvadoras. Porque eso es lo que son.

Salvadoras.

Mi Genie también lo será.

O eso pensaba...

La maldición de Barba Azul © [Historia corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora