© veintitrés

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Lourdes no le contó a Max nada sobre ,Bloom ella no era quien debería estar informando lo que no debe ser. Jake por su parte se le estaba acabando su inhalador y pronto debía ir por uno o estaría en graves problema. Su asma era cada vez más notoria porque estaba descuidado mucho.

— Deberías estar con tus papás. Estás tomando un riesgo muy importante ~

Max se sienta al lado suyo viendo el jardín casi sin colores. Escucha como el suspira pesadamente.

— Mis papás no pueden simplemente dejarme libre, siempre quise salir en algún lado...sentir que soy muy especial como ellos ~

Le toca el hombro.  — Siempre has sido especial. Eres un gran amigo, un buen compañero y estoy feliz de haberte conocido.

— Gracias ~

El silencio se hizo presente cuando un suave viento paso al lado suyo. Max se levanta para ver el estado de Mike, el también era parte de una responsabilidad al principio pero gracias a su gran valentía estaba parado. Lourdes no quería despertarlo porque aún estaba cansado y su respiración decís mucho.

Lucas y Emma se encontraban cómodamente instalados en el barco, rodeados de personas que habían conocido en su viaje. A medida que pasaban los días, se habían integrado muy bien con los demás, formando una especie de comunidad en medio de la adversidad.

Conocieron personas increíbles, cada una con su propia historia de supervivencia y pérdida. Algunos habían perdido familiares y seres queridos en el caos que había desatado la epidemia. Otros, por su parte, no tenían nada, habiendo perdido todo lo que alguna vez habían conocido.

A pesar de las diferencias y las historias trágicas, el grupo había logrado crear un sentido de comunidad y apoyo mutuo. Lucas y Emma se sentían afortunados de haber encontrado un lugar donde podrían sentirse seguros y apoyados en medio de la devastación que los rodeaba.

Mientras el barco navegaba por las aguas tranquilas, Lucas y Emma se sentaron en la cubierta, mirando hacia el horizonte. La brisa marina les acariciaba el rostro, y el sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos anaranjados y rosados.

En ese momento, Lucas se volvió hacia Emma y le sonrió.

— Estoy contento de que estemos juntos en esto — dijo, su voz suave y sincera. Emma sonrió a su vez, y se acercó a él, apoyando su cabeza en su hombro. — Yo también — respondió, su voz apenas audible.

Su cercanía era de conocidos. Hace poco ella no sabía que sería de su vida sin el cuando lo salvó. Ahora estaba a bordo en un destino desconocido.

En las profundidades del mar, algo estaba sucediendo sin que ninguno de los supervivientes en la superficie se diera cuenta. Un portal oscuro y misterioso se abrió en el fondo del mar, y desde allí, algo estaba observando la superficie con una intensidad creciente.

Era como si estuviera esperando el momento perfecto para salir a la superficie, y los seres que habitaban en las profundidades del mar estaban atentos a la instrucción de su líder.

El portal parecía estar absorbiendo la energía del mar, y los seres que lo rodeaban estaban empezando a sentir una extraña conexión con la superficie. Era como si estuvieran siendo llamados a salir de su hogar submarino y a enfrentar el mundo que había sido devastado por la epidemia.

La tensión en el fondo del mar era palpable, y los seres que habitaban allí estaban listos para responder a la llamada de su líder y salir a la superficie para enfrentar lo que les esperaba.

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